27F: A 10 años del terremoto y tsunami de 2010
El terremoto del 27F en Chile impulsó una gran mejora en cómo el país enfrenta los maremotos. Aún así, queda camino por andar.
Hoy se conmemoran 10 años del 27F, un terremoto y posterior tsunami (maremoto) ocurrido en la Región del Maule en 2010 que alcanzó profundidades de inundación entre 5 y 10 m. El evento fue un terremoto de subducción en la zona de contacto de las placas tectónicas de Nazca y sudamericana cuya magnitud fue registrada en 8.8 (Mw). El terremoto reunió condiciones para generar un tsunami que alcanzó no sólo las costas de Chile, sino que se propagó por la cuenca del Pacífico alcanzando costas tan lejanas como las de Hawái o incluso Japón (aquí ya sin condiciones destructivas).
Lecciones aprendidas
La zona de ruptura generadora de terremotos en Chile está muy cercana a las costas del país. Es por esto que, cuando se genera un tsunami, las olas llegan con mucha rapidez (15 min aproximadamente). Además, dadas las características morfológicas de la costa, sucede que la primera ola no tiene por qué ser la más importante, como pasó el 27F, pudiendo verse amplificadas en zonas confinadas como las bahías.
Las instituciones encargadas de dar los avisos necesarios, como la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (ONEMI) han mejorado mucho desde el 2010, tanto en capacidad técnica como en capital humano especializado, pero este tiempo de respuesta es tan corto que ha sido prioritaria en los últimos años la información y la formación de la población hacia el autocuidado, como por ejemplo las auto evacuaciones preventivas en localidades costeras después de terremotos de gran intensidad, cuando estos desequilibran o no permiten estar de pie durante el movimiento.
Actualmente la ONEMI tiene capacidad de dar un aviso de maremoto a los 6 min de ocurrido el sismo, y esto es en parte gracias a las mejoras tanto en la Red Sismológica Nacional como en la ampliación del sistema de detección de variaciones del mar en cuanto a red de boyas y mareógrafos disponibles.
Situación actual antes un mismo evento
Desde febrero de 2010 se ha avanzado mucho en el estudio de los fenómenos de tsunamis, donde la academia también ha tenido un rol muy importante en la generación de conocimiento y en el trabajo colaborativo con instituciones públicas como son el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) y la ONEMI. Este trabajo se ha materializado en mejoras en los sistemas de alerta de la costa, mejoras en señalética y rutas de evacuación, así como en la elaboración de mapas de inundación.
Lamentablemente, y pese a los antecedentes, siguen existiendo malas prácticas en cuanto al planeamiento urbano de las ciudades, donde parte de la infraestructura crítica y viviendas siguen ubicándose en zonas de inundación e incluso se reconstruyen en los mismos lugares arrasados por el mar.