Mundo bajo riesgo: 28% de chance una nueva pandemia mortal antes de 2033
En un mundo globalizado e hiperconectado, la posibilidad de experimentar una nueva pandemia mortal es alta. Estar preparados es una forma de reducir el riesgo.
Un estudio realizado por una empresa especializada en el análisis predictivo de enfermedades a nivel de población en tiempo real, indica que hay 27,5% de probabilidad de que una pandemia mortal, como la COVID-19, pueda ocurrir en los próximos 10 años.
Airfinity Ltd., una empresa con sede en Londres, indicó que, en base a sus modelos, ha establecido que ese es el riesgo actual, favorecido por el cambio climático, el aumento de los viajes internacionales, el incremento poblacional y la amenaza que representan las zoonosis.
Zoonosis
Enfermedad o infección que se da en animales, y que bajo determinadas circunstancias, puede ser transmitida al hombre en condiciones naturales.
El 75% de las nuevas enfermedades infecciosas que afectan a los humanos tienen origen animal, y en un planeta donde la presión sobre el ambiente natural no deja de aumentar, estas enfermedades generan cada vez más riesgos. El VIH, el ébola o la COVID-19 son ejemplos de este riesgo emergente.
El peor escenario
Según Airafinity, en el peor de los escenarios, un virus del tipo gripe aviar que muta para permitir su transmisión entre humanos, puede causar la muerte de al menos 15.000 personas en un sólo día, y sólo en el Reino Unido.
Luego de que el mundo aprendiera a convivir con la Covid-19, los expertos sanitarios están comenzando a prepararse para la próxima amenaza global potencial. Durante las últimas dos décadas nuestro planeta experimentó crisis sanitarias motivadas por tres mayores coronavirus que provocaron el Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS, por sus siglas en inglés), que es una forma grave de neumonía; el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS, por sus siglas en inglés), enfermedad respiratoria grave que involucra principalmente al tracto respiratorio superior; y la COVID-19, así como la pandemia de gripe porcina en 2009.
La velocidad de propagación de la cepa de gripe aviar H5N1 ya está generando preocupaciones. Si bien hasta el momento sólo una pequeña cantidad de personas se han infectado, y no hay signos de que haya dado el salto a la transmisión de persona a persona, las tasas vertiginosas en las aves y el aumento de las incursiones en los mamíferos han generado preocupación entre la comunidad científica y los gobiernos, respecto de que el virus pueda estar mutando de forma tal que se podría facilitar su propagación.
Ciertos patógenos de alto riesgo como MERS y Zika no tienen vacunas o tratamientos aprobados, y es poco probable que los sistemas de alerta temprana sanitarios existentes detecten una nueva pandemia de manera oportuna, lo que destaca la necesidad urgente de medidas de preparación para una pandemia.
La necesidad de estar preparados
Si bien el riesgo de una nueva pandemia mortal en los próximos diez años es elevado, también son altas las chances de poder reducir el riesgo de su propagación o mortandad.
El ejemplo más cercano, es la forma en que se redujo la mortandad durante la pandemia de COVID-19, ya que la eficacia de las vacunas osciló entre el 50% y el 96%, dependiendo del tipo de vacuna y las dosis empleadas.
Y como el cambio climático empujará a muchos animales a huir de sus ecosistemas en busca de tierras más habitables, aumentará la aparición de nuevas enfermedades potencialmente transmisibles a los humanos.
Si no contamos con estrategias preventivas efectivas, las pandemias serán más frecuentes, se diseminarán con mayor velocidad y serán más mortíferas. Y sus impactos socioeconómicos a nivel global, serán devastadores.
Por ello destacamos la importancia de potenciar la resiliencia frente a desastres de los sistemas de salud pública, incrementando entre otros, la alerta temprana ante eventos de salud pública agudos, y la colaboración y sinergia entre el sector público y el sector privado.