Fuerte tormenta solar provoca auroras boreales en lugares inusuales
Una fuerte tormenta solar, considerada una de las mayores de los últimos 20 años, ha generado auroras boreales en varios lugares del mundo, incluso en lugares donde rara vez se producen.
Uno de los fenómenos naturales más increíbles que existen, sin duda, son las auroras, principalmente porque no es común en todas partes del mundo. Para que se produzcan estos eventos, se necesita de incontables variables, y no todos tenemos la suerte de toparnos con una.
Al igual que otros fenómenos de la naturaleza, las auroras boreales presentan variaciones de color e intensidad, pero... ¿qué es lo que explica este fenómeno?
Recientemente, una explosión geomagnética causó una tormenta solar de las más potentes de los últimos 20 años, lo que desencadenó auroras boreales en diversas localidades en la noche del pasado domingo 23 de abril.
El bello fenómeno decoró el cielo del Hemisferio Norte, incluso en lugares en los que difícilmente sucede un fenómeno como este, como es el caso de Europa central o en el sur de los Estados Unidos. En el Hemisferio Sur, las auroras se observaron en la Antártica y también en Nueva Zelanda, aunque en estos rincones es más común de observarlas.
Aunque las auroras se destacaron durante la noche, la tormenta solar M1.7, de nivel moderado, estalló cerca de las 14:00 h (UTC-4), generando más de mil millones de toneladas de gas magnetizado y supercaliente expulsado por el Sol (plasma solar).
Explosión solar
Antes de que se observaran las auroras, se registró una explosión solar el 21 de abril; la Tierra estaba en la zona de impacto. La explosión liberó una fuerte eyección de masa coronal (CME) que golpeó el campo magnético terrestre, causando una tormenta geomagnética. Esta tormentas fue tan intensa, que alcanzo nivel 4 de 5 en la escala G de tiempo espacial de la NOAA.
Según la agencia estadounidense, y también el Centro de Pronóstico de Tiempo Espacial (SPWC), la tormenta estaba siendo vigilada, llegó antes y tuvo una intensidad mayor a la prevista. Debido a su mayor fuerza, fue posible observar auroras en diversas partes de ambos hemisferios.
Luego de la fuerte explosión solar del viernes pasado, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos informó fuertes ráfagas de rayos solares del tipo II y IV —emisiones naturales de onda corta producidas por las ondas de choque previas a la CME, a medida que pasa por la atmósfera solar. La velocidade de deriva de una explosión tipo II alcanzan los 580 km/s.
Las tonalidades moradas en el cielo se observaron en Canadá, los estados del Iowa, Pensilvania y Wyoming. Las luces del cielo también fueron vistas, aunque menos intensas, sobre California, Nevada, Arizona, Oklahoma, Texas y Carolina del Norte.
La tormenta está perdiendo fuerza
La tormenta geomagnética, que produjo auroras boreales en lugares inusuales, está perdiendo intensidad, pero todavía puede ser catalogada como menor (G1) a moderada (G2) hasta el día 25 de marzo, cuando la Tierra salga de la ruta de la CME.
Algunos expertos aprovecharon este evento para recordar sobre el poderoso impacto del tiempo espacial en nuestro cotidiano en la Tierra, que además de las bellas auroras, puede acarrear impactos negativos como interrupciones en las herramientas tecnológicas e infraestructura. Vale la pena recordar que, en 1989, una tormenta solar intensa provocó un apagón en la Provincia de Quebéc, Canadá.
Esta reciente tormenta solar ha sido considerada la más fuerte de los últimos seis años. Tormentas geomagnéticas más intensas ocurren cerca de 100 veces en los ciclos solares de 11 años, por lo que los especialistas consideran que la tendencia es que las tormentas solares sean más severas en los próximos años, considerando que el máximo del presente ciclo solar se espera entre 2024 y 2025.