Actualización del modelo del ECMWF no es frenada por el COVID-19
Hacia finales de junio llega la nueva actualización del modelo meteorológico del ECMWF, considerado uno de los más fiables del mundo. Aquí te contamos cuáles serán los cambios más importantes.
A pesar de que gran parte de los trabajadores del ECMWF están teletrabajando debido al COVID-19, sus operaciones críticas no se han visto afectadas. De modo que, como estaba previsto, el próximo 30 de junio se implementará una nueva actualización del modelo atmosférico del Centro Europeo de Predicciones (ECMWF, IFS Cycle 47r1). En las últimas semanas, se han realizado una serie de seminarios online donde informaban a sus usuarios sobre las nuevas mejoras.
En esta nueva actualización, los cambios abarcan mejoras en el tratamiento de las observaciones, en las técnicas de asimilación de datos y del modelo meteorológico. A continuación destacamos los cambios que esperamos que mejoren dos aspectos fundamentales; los procesos convectivos y los huracanes.
¿Cómo mejorar la predicción de precipitación convectiva?
Uno de los mayores problemas en los pronósticos del tiempo está relacionado la capacidad de predecir la lluvia de origen convectivo. Debido a la resolución de los modelos globales como el IFS, no podemos esperar que sean capaces de predecir células convectivas individuales. Sin embargo, nos dan información sobre si favorable el desarrollo de convección profunda húmeda en una determinada región de la atmósfera.
Para ello juegan con el balance de dos magnitudes; el CAPE (energía potencial disponible para la convección) y la CIN (inhibición de la convección). A grandes rasgos, el CAPE nos da información sobre la inestabilidad y la humedad, mientras que en la CIN nos informa sobre la energía necesaria para producir los movimientos verticales necesarios en la convección. De modo que un alto valor de CAPE y un bajo valor CIN dará gran probabilidad de producirse una tormenta.
Como en la versión anterior el cálculo del CIN nos entregaba menos probabilidad de tormentas convectivas que las que realmente ocurrían, este parámetro fue reformulado usando la temperatura potencial virtual. Además, se han incluido otras variables relacionadas con el CAPE para que el usuario pueda evaluar el potencial desarrollo de una célula convectiva individual. En la figura superior se compara el resultado antiguo con el de la nueva actualización. El CAPE se muestra en colores y el CIN se sobrepone en gris semitransparente. De modo que si hay gris encima del color significa que el alto CIN imposibilita la formación de tormenta aunque haya suficiente CAPE.
Nueva métrica para medir los ciclones tropicales.
Hasta ahora los huracanes se caracterizaban principalmente usando dos parámetros: la trayectoria (siguiendo el mínimo de presión media a nivel del mar) y la intensidad (midiendo el viento máximo a 10 m de altura). Ahora se incluye el tamaño del ciclón tropical. Para ello se calcula la distancia desde el centro del huracán hasta donde el viento supera ciertos umbrales (18, 26 y 32 m/s) usando cuatro cuadrantes, NE, SE, SW y NW.
Una nueva forma de cálculo de la rugosidad del océano ha permitido mejorar la representación de vientos fuertes en tempestades. Esto ha mejorado la relación entre el centro de presión del huracán y la velocidad del viento. Si dicho parámetro es elevado frena en exceso los vientos.
A pesar de estos avances, aún queda trabajo por hacer con relación a la representación más realística de los huracanes. Por el momento, resultados preliminares muestran que este tipo de fenómenos están siendo predichos con tamaños menores a los que se observan en la realidad, esto es, fuera de los supercomputadores.