Antártica: monitorean a exploradores para preparar humanos para Marte
Con el objetivo de preparar humanos para misiones en Marte se está monitoreando a dos exploradores que están cruzando la Antártica bajo condiciones extremas. ¡Serán casi 4.000 kilómetros, durante unos 80 días!
Dos exploradores están realizando un viaje de 3.650 kilómetros a través de la Antártica, y la NASA los está monitoreando para aprender cómo se podría sobrevivir en Marte. Se trata de los británicos Justin Packshaw y Jamie Facer Childs. La travesía ya lleva 40 días, y se espera que se extienda por un total de 80 días.
La ruta del viaje cruza la Antártica y forma parte de la misión Chasing the Light (Persiguiendo la Luz). La misión es realmente agotadora y tiene como objetivo una mejor comprensión del impacto psicológico y físico de otros mundos en el cuerpo y la mente humana.
Los exploradores están desafiando temperaturas gélidas y vientos catabáticos de hasta 320 km/h mientras se abren paso a través del continente, primero al completar el tramo de 2.159 kilómetros desde el puerto de Novolazarevskaya hasta el Polo Sur geográfico. Luego recorrerán 1.490 kilómetros pasando por la ensenada de Hércules, hasta el campamento del Glaciar Unión.
Sin ningún tipo de asistencia
Además de trabajar con la NASA, los exploradores colaboran con la Universidad de Stanford y la Agencia Espacial Europea (ESA). El recorrido total es de 4.200 kilómetros. Durante todo ese tiempo no recibirán ningún tipo de asistencia, viajando a pie y utilizando kites, confiando únicamente en su fuerza física y mental.
Tal como detalla Live Science, al igual que las condiciones extremas que se dan en los planetas del Sistema Solar, la Antártica tiene un entorno complejo que resulta útil para una serie de investigaciones humanas y biológicas, que van desde el aislamiento, las investigaciones microbianas, la inmunología y mucho más.
La misión de Justin y Jamie permitirá a los científicos observar una historia científica poco común sobre la adaptabilidad humana, que en última instancia contribuirá a la cartografía en curso de los modelos de datos genómicos, fisiológicos, psicológicos y ambientales de la exploración espacial centrada en el ser humano.
Varias pruebas sobre el terreno
La NASA, la ESA y la Universidad de Stanford están recopilando datos de dispositivos inteligentes portátiles mientras los exploradores caminan y esquían hacia el sur. Los hombres están haciendo el viaje sin ninguna ayuda mecánica, salvo por los kites que son utilizados para aprovechar los vientos favorables y así arrastrarlos. También están remolcando dos trineos de 200 kilos que no sólo llevan su comida y equipo, sino también muestras de sangre, saliva, orina y heces tomadas durante la caminata.
La NASA también está poniendo a prueba la capacidad de los exploradores para estimar la distancia visualmente, lo que a menudo puede ser poco fiable cuando los seres humanos se encuentran en un entorno extraterrestre. Un ejemplo famoso es el de la misión Apolo 14 de 1971. Mientras caminaban por la Luna recogiendo muestras de rocas, los astronautas Alan Shepard y Edgar Mitchell se propusieron visitar un cráter lejano, pero decidieron dar marcha atrás tras estimar que estaba a más de un kilómetro y medio de distancia. En realidad, los dos estaban a sólo 15,24 metros del borde del cráter.
Otra misión para los exploradores es la tarea de obtener datos medioambientales claves, como los niveles de hielo, la radiación y la velocidad del viento. Dado que los satélites no orbitan directamente sobre el Polo Sur, las mediciones que realicen llenarán un "vacío de datos satelitales" y podrían proporcionar importantes conocimientos sobre el cambio climático. El viaje originalmente era más largo, con una etapa adicional que les llevaría al "Polo de Inaccesibilidad" de la Antártica, la parte más difícil de alcanzar del continente. Sin embargo, la ruta tuvo que acortarse después de que el viento y la nieve impidieran a los exploradores viajar en días clave.