Astrónomos quedan impactados al encontrar agujero negro solitario
Los astrónomos han encontrado, por primera vez, un agujero negro solitario, sin estrella compañera. Todo indica que los agujeros negros de este tipo son abundantes y deambulan peligrosamente por toda la galaxia.
Los agujeros negros son objetos tan masivos que su fuerza gravitacional alcanza valores inimaginables, tan potentes que ni la luz logra escapar, haciendo con que el objeto sea completamente oscuro para nosotros, y por lo tanto, extremamente difícil de detectar.
La forma más común de encontrar un agujero negro es por la interacción que ocurre con otros objetos en su entorno. Por ejemplo, cuando una estrella orbita un punto aparentemente vacío, puede ser que ahí se encuentre un agujero negro. Estos objetos extremos también pueden ser identificados cuando absorben material desde su alrededor, o cuando chocan con otros objetos, generando explosiones colosales, capaces de distorsionar el propio espacio-tiempo.
Ahora, por la primera vez, astrónomos fueron capaces de detectar un agujero negro solitario, que no está interactuando con ninguna estrella en su entorno. El descubrimiento, publicado en la revista Nature, fue un hecho científico extraordinario, y nos ayuda a comprender cómo estos objetos pueblan la galaxia —y de qué manera pueden amenazar la existencia del sistema solar.
¿Cómo los astrónomos lograron detectar lo indetectable?
Este hecho histórico fue realizado a través de diez años do observaciones, utilizando el Telescopio Espacial Hubble, de la NASA, así como también varios observatorios terrestres. Los investigadores buscaron por estrellas que parecían iluminarse sin motivos aparentes, como si un lente de aumento fuese colocado frente a ellas.
Objetos tan masivos como los agujeros negros son capaces de desviar la luz de estrellas distantes de una forma muy característica, causando un efecto de magnificación (microlensing) por un largo periodo de tiempo. Considerando esto, el equipo seleccionó ocho objetos candidatos y, a lo largo de seis años, utilizó el telescopio espacial Hubble para medir deviaciones casi imperceptibles de la luz.
Usando ecuaciones desarrolladas por primera vez por Albert Einstein en 1915, los investigadores fueron capaces de calcular la masa de los objetos, concluyendo que, sin dudas, uno de ellos es un agujero negro. Los observatorios terrestres ayudaron a estimar la distancia a la que se encuentra: está a 5.150 años luz de la Tierra.
En la actualidad se cree que los agujeros negros solitarios son comunes y extremamente abundantes en nuestra galaxia, formándose siempre que una estrella con el peso de más de 20 soles llega a su fin. Esto, en algún momento futuro, puede representar un riesgo para nuestro planeta y sistema solar.
En caso que un agujero negro masivo se acerque a nosotros, el peligro más grande no es ser atraído, sino que su potente fuerza gravitacional catapulte los planetas del sistema solar lejos del Sol, condenando a la Tierra a un futuro extremamente frío y de eterna oscuridad.
El equipo ya tienen otros tres candidatos en mira. A medida que más descubrimientos surgen, será más fácil identificar y mapear los agujeros negros a nuestro alrededor, mediante métodos convencionales o no. La ciencia dio un gran paso, pero muchas interrogantes permanecen aún sin respuesta.