Las temperaturas de los océanos y continentes nunca fueron tan altas en los últimos 174 años como en julio de 2023
En los casi 200 años de datos de la Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfera (NOAA), nunca se habían visto temperaturas tan altas sobre los océanos y la tierra. No podemos dejar que esto se haga costumbre.
Siguen los lamentables récords mundiales en este 2023. La NOAA divulgó recientemente los datos de su informe sobre las condiciones climáticas del pasado mes de julio de 2023, destacando una diferencia de temperatura de la superficie del océano de 0,99 ºC por sobre el promedio calculado respecto al periodo 1901-2000, y además es el cuarto mes consecutivo que rompe récords de temperaturas oceánicas en este año.
No hace mucho, el Programa Copernicus del ECMWF indicaba que julio se habría convertido en el más cálido a nivel global de la era industrial, algo que la NOAA ratifica con sus recientes informaciones: julio 2023 saldó una anomalía de 1,12 ºC sobre el promedio.
La NOAA también indica que es prácticamente innegable que el 2023 se colocará entre de los 5 años más cálidos de los registros, y que la probabilidad que se anote como el más cálido de todos se ubica alrededor del 50%. Una noticia prevista desde ya unos meses, cuando el verano del hemisferio norte comenzó a arder sobre Europa y Norteamérica, y la presencia de El Niño se confirmaba para este 2023.
En pleno invierno, América del Sur también vivió calores récord
Escuchar de olas de calor o altas temperaturas en esta época sobre Europa hasta que no nos extraña tanto, justamente porque por allá, en el norte del planeta, están viviendo el verano. Pero ¿y aquí en el hemisferio sur? Eso sí que es algo extraordinario, y mucho más con la intensidad que se registraron durante julio de 2023.
Según indica la NOAA, las temperaturas sobre América del Sur estuvieron mucho más cálidas que el promedio, incluso con sectores que marcaron récords —sí, no estás leyendo mal: récords de calor en pleno invierno. Altas temperaturas que se sintieron en carne propia sobre Chile, con episodios de calor extremo y una extensa ola de calor entre los últimos días del mes y comienzos de agosto, con temperaturas casi llegaron a los 40 grados en el norte del país.
Y esto, como indica la NOAA, no fue un fenómeno exclusivo en el lado oeste de la cordillera, sino que se extendió por todo el continente, marcando la anomalía de temperatura más alta de todos los registros que la agencia climática estadounidense mantiene: 2,19 ºC por sobre el promedio.
2,19 ºC. Leíste bien. América del Sur estuvo mucho más cálida —respecto a sus promedios de temperatura locales— que Europa (1,78 ºC de anomalía) y Norteamérica (1,57 ºC) que se encontraban en el peak del verano (imagino que más de alguno debe estar pensando en que esto es una anomalía más alta que la que fue establecida en el Acuerdo de París como límite climático seguro).
No debiéramos acostumbrarnos
Escuchar o leer, mes a mes, que se rompió el récord anterior,o que han sido las temperaturas más altas de los últimos meses o años, puede ser que ya hasta se nos esté haciendo normal. Pero convengamos, esto no es para nada normal. Tener un planeta al rojo, de manera permanente, nos llevará a la inviabilidad de desarrollo de la vida 'como la conocemos' en muchas partes del mundo.
Los océanos son uno de los ecosistemas más perjudicados. El agua tienen la capacidad de retener calor, y liberarlo de forma muy lenta. Además, el aumento de la temperatura evita que el equilibrio gaseoso se mantenga adecuado, obligando a las especies a migrar o llevando a la muerte de algunas de ellas, cuando no logran "arrancar" del calor extremo que los sofoca —así ocurre con los corales, donde el blanqueamiento (muerte) está esparciéndose por muchos rincones.
Como personas, tenemos claro que las acciones individuales son un esfuerzo que suma, pero que no está rindiendo el resultado que quisiéramos, porque los grandes emisores de gases de efecto invernadero (los de siempre) siguen tapándose los oídos y los ojos, mientras acaban con nuestra gran y delicada casa que es la Tierra.