ChatGPT consume una botella de agua pequeña por cada 100 palabras que produce
Lo usamos a diario y muchas veces sin ser conscientes del impacto que tiene en nuestras vidas, también a nivel hídrico. ChatGPT consume muchísima agua, aquí te contamos cuánta y por qué.
Nos invade por todos lados y, de hecho, algunos se preguntan cómo se podía vivir antes sin inteligencia artificial, y sobre todo, sin ChatGPT, nuestro pequeño oráculo de consultas.
Antes de ahondar en el asunto, vamos a ponernos en contexto: recordemos que este chatbot llegó a nuestras vidas en noviembre de 2022, y debe su nombre a sus siglas en inglés "Generative Pre-trained Transformer" o "Transformador Preentrenado Generativo".
ChatGPT consume 1 litro de agua por cada 100 preguntas
Si bien es cierto que esta herramienta llegó para quedarse y ha sido muy bienvenida, también lo es que tiene un claro impacto ambiental, porque más allá de las emisiones de carbono existe otro factor crucial: su huella hídrica.
Es un hecho que cada vez que se genera un texto en ChatGPT se consume agua. Aunque pueda parecer intangible, producir un texto de 100 palabras equivale a 519 mililitros de agua, aproximadamente el volumen de una botella pequeña. Este gasto no es directo, sino que ocurre principalmente en los centros de datos que alimentan el modelo, porque estos gigantes tecnológicos requieren sistemas de refrigeración intensivos para evitar el sobrecalentamiento de los servidores, y el agua es un recurso clave en este proceso.
Si lo miramos a pequeña escala, el consumo de agua puede parecer mínimo, pero el panorama cambia drásticamente si se analiza en masa. Si únicamente el 10% de la población trabajadora de Estados Unidos utilizara este servicio semanalmente, el gasto total de agua alcanzaría los 435 millones de litros al año. Este volumen sería suficiente para cubrir la demanda de agua de todos los hogares del millón de habitantes que tiene el estado de Rhode Island durante aproximadamente un día y medio.
El entrenamiento de modelos, una fuente oculta de gasto hídrico
En cualquier caso, el verdadero peso hídrico de la inteligencia artificial no solo se encuentra en su uso cotidiano, sino también en el entrenamiento de modelos avanzados como GPT-3, el cerebro detrás de ChatGPT. Este proceso, llevado a cabo en centros de datos de última generación, consume cantidades masivas de agua.
Lo más preocupante es que estas cifras suelen permanecer en la sombra, con las empresas tecnológicas mostrando reticencia a compartir datos sobre su impacto ambiental. Sin embargo, estudios recientes sugieren que la creciente demanda mundial de IA podría requerir entre 4,2 y 6,6 mil millones de metros cúbicos de agua en 2027. Esto superaría la extracción anual total de agua en Dinamarca o representaría la mitad del consumo total del Reino Unido.
Lo cierto es que empresas como Microsoft, que alberga los sistemas que soportan ChatGPT, están comenzando a implementar medidas para optimizar el uso de agua y energía. Sin embargo, la transparencia sigue siendo un problema. Sin datos claros sobre el impacto hídrico de cada modelo, resulta difícil evaluar la sostenibilidad de la IA.