Chile firme en su compromiso con el medioambiente tras firmar acuerdo para la conservación de la biodiversidad marina
Este tratado internacional busca proteger áreas marinas de alta mar, estableciendo entre otras cosas la lucha contra la pesca ilegal y el fomento de la investigación científica.
“Ese mar que tranquilo te baña, te promete futuro esplendor” dice el himno nacional de Chile. Pero ese futuro no será para nada esplendoroso si no "nos ponemos las pilas" para cuidarlo, ya que su importancia tanto a nivel geográfico, económico y medioambiental es claro.
Lamentablemente hay maritorios –término que se usa para referirse a zonas marinas–, que al estar tan alejados de las costas quedan a merced de personas, empresas o incluso países que sin pudor alguno los depredan o usan como vertederos provocando graves alteraciones en los ecosistemas presentes en él.
Por esta razón y como forma de fortalecer el compromiso del Estado chileno con el cuidado del mar, se ha firmado el llamado “Acuerdo sobre la Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad Marina más allá de las Jurisdicciones Nacionales" (BBNJ,por sus siglas en inglés).
Tratado de alta mar, un asunto profundo
Fueron cerca de 70 países los que firmaron el llamado coloquialmente “Tratado de alta mar”, en el marco de la Cumbre sobre Acción Climática de la Asamblea General de las Naciones Unidas, con el fin (y esperanza) de salvar ecosistemas marinos vitales para el planeta.
En un comunicado del Gobierno de Chile, Alberto van Klaveren, ministro de Relaciones Exteriores, quien participó de la instancia junto al presidente Gabriel Boric y la ministra del Medio Ambiente Maisa Rojas, señaló que “este tratado es un logro crucial para el derecho internacional y para la protección del océano. Entre otras razones, sin BBNJ sería casi imposible cumplir el objetivo de 30x30, que consiste en proteger al menos el 30% de todos los ecosistemas terrestres y marinos para 2030”.
La relevancia de este tratado radica en que la alta mar empieza donde acaban las zonas económicas exclusivas (ZEE) de los estados, un máximo de 200 millas náuticas (370 kilómetros) de las costas y que no pertenecen a ningún estado.
Una zona “de nadie” que nos pertenece a todos
Puede sonar un poco confuso pero la cosa es así. Según la definición de derecho UNED, el término alta mar se refiere a “todas aquellas partes del mar que no forman parte del mar territorial o de las aguas interiores”.
¡Pero ojo! aquí un dato interesante que se explica en un documento del Senado del Gobierno de México:
“En derecho internacional, se conoce como alta mar a la masa de agua marina que constituye un patrimonio común de la humanidad y zona de libre tránsito, pesca y explotación para todos los Estados, donde tienen el derecho de navegar, sobrevolar y realizar investigaciones científicas en libertad y sin ser molestadas por otra nación en tiempos de paz.”
Así lo ratifica en un artículo de la Fundación Terram Yacqueline Montecinos, coordinadora de Biodiversidad Marina y Políticas Oceánicas de WWF Chile.
“La alta mar no pertenece a ningún Estado, pero es un gran tesoro común para toda la humanidad y es uno de los pilares para la vida sobre nuestro planeta, por tanto esperamos que este tratado genere un impacto positivo que ayude a incrementar la protección de esta zona, que hoy tiene bajo resguardo sólo alrededor de un 1%.”
Puntos clave y compromiso a futuro
Tal como indica la Organización Marítima internacional (OMI) de las Naciones Unidas, este acuerdo engloba cuatro aspectos clave:
- La conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina en zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional.
- Los recursos genéticos marinos , incluidas las cuestiones relativas a la distribución de los beneficios.
- Los mecanismos de gestión por áreas, incluidas las áreas marinas protegidas.
- La creación de capacidad y la transferencia de tecnología marina.
La implementación efectiva y la vigilancia son cruciales para asegurar el cumplimiento de este tratado y garantizar que los objetivos de conservación se cumplan.
“El océano no puede esperar, protegerlo es imprescindible para enfrentar la triple crisis climática, de pérdida de biodiversidad y de contaminación”, señaló Yacqueline Montecinos, coordinadora de Biodiversidad Marina y Políticas Oceánicas de WWF Chile.
Este hito nos recuerda que, con determinación y colaboración internacional, podemos lograr avances significativos en la conservación de nuestro valioso patrimonio marino.