Chile pone en marcha su mayor apuesta ambiental con la implementación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas

La nueva institución tiene la misión de conservar especies únicas del país, gestionar áreas protegidas y enfrentar directamente la crisis de biodiversidad y climática

Reserva Nacional Los Flamencos
Hasta ahora, la protección de la biodiversidad chilena estaba dispersa entre más de cinco servicios públicos distintos, lo que hacía difícil una gestión eficaz. Créditos imagen: CONAF.

Entre fotografías de parques nacionales y reservas que parecen postales, Chile acaba de dar un paso histórico en la protección de su patrimonio natural.

El Presidente Gabriel Boric junto a la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, inauguraron las oficinas centrales del flamante Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP).

Más que una ceremonia protocolar, el evento marca el inicio de una nueva era para el cuidado del patrimonio natural chileno.

Un país de tesoros vivos: ¿qué protege el SBAP?

Chile es una joya de biodiversidad. En su largo y angosto territorio conviven especies que no existen en ninguna otra parte del mundo.

Desde el pequeño y carismático monito del monte en los bosques sureños hasta los corales fríos de la Patagonia, pasando por flamencos que pintan de rosa los salares del norte.

Las áreas protegidas como el Parque Nacional Torres del Paine, la Reserva Nacional Río Clarillo o los nuevos santuarios de humedales urbanos ahora tendrán un cuidado coordinado bajo el paraguas del SBAP.

Y no solo eso. Según explican en un comunicado del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), este nuevo organismo permitirá proteger también ecosistemas fuera de estas zonas, trabajando con estrategias de restauración ecológica e identificación de sitios prioritarios.

"Este es el legado ambiental más importante de este Gobierno: un servicio abocado en proteger nuestra riqueza natural”.

Maisa Rojas, ministra del Medio Ambiente

Esta declaración resuena con la urgencia de abordar la triple crisis ambiental: climática, de contaminación y de pérdida de biodiversidad que azota al planeta y a Chile.

De gigantes patagónicos a pequeños santuarios costeros

Cuando hablamos de áreas protegidas en Chile, no todo es tamaño o cantidad: detrás de los números se esconde una geografía de extremos que desafía cualquier estrategia de conservación.

Según datos del MMA, Chile protege oficialmente el 21,5% de su territorio continental —una superficie equivalente a casi tres veces Suiza— repartida en 110 áreas. Pero tras ese porcentaje se esconde una realidad desigual: las dimensiones de estos espacios son tan variables como los ecosistemas que resguardan.

El Parque Nacional Kawésqar, en Magallanes, es un gigante de 2,8 millones de hectáreas —como Bélgica entera—, donde conviven ballenas, bosques milenarios y glaciares.

En el otro extremo, el Monumento Natural Isla Cachagua, en Valparaíso, ocupa apenas 4,5 hectáreas —menos que el costanera Center— pero es vital para pingüinos de Humboldt y nutrias marinas.

Parque Nacional Torres del Paine
Mientras en Torres del Paine el foco es controlar el turismo masivo, en la Reserva Nacional Los Ruiles, en el Maule, de solo 89 hectáreas, la urgencia es salvar a un bosque nativo único, donde cada árbol cuenta.

Esta disparidad plantea un desafío clave para el SBAP: ¿cómo gestionar con los mismos recursos un parque inmenso y un santuario diminuto? La respuesta está en la priorización y la coordinación.

Antes de la creación del SBAP, la protección de la biodiversidad chilena estaba “repartida” entre más de cinco instituciones, incluyendo a CONAF, SERNAPESCA, SUBPESCA, Ministerio de Bienes Nacionales y Ministerio del Medio Ambiente.

En un país donde el Desierto Florido compite por atención con los glaciares de Santiago, el nuevo servicio deberá actuar como un director de orquesta, asignando recursos donde más se necesiten.

¿Qué podemos hacer desde nuestro lugar?

El SBAP no trabajará solo. Su éxito dependerá de cómo involucre a comunidades locales, la comunidad científica y hasta turistas.

Algo tan simple como respetar las normas en parques nacionales, participar en actividades de restauración ecológica o preferir productos locales que no dañen el entorno, suma.

Las paredes de las nuevas oficinas del SBAP ya no exhiben planos, sino imágenes de bosques que respiran y animales que corren libres.

Quizás, en unos años, esas fotos sean el testimonio de un Chile que decidió salvar su naturaleza antes de que fuera demasiado tarde.

Fuentes y referencias de la noticia:

- Ministerio del Medio Ambiente. (2025). Presidente de la República visita las oficinas centrales del nuevo Servicio de Biodiversidad. Comunicado publicado en el sitio web de la institución.

- CONAF. Listado de Áreas Silvestres Protegidas (actualizado abril, 2025). Documentos publicado en el sitio web de la institución.