Chile se seca: DGA actualizó sus normales climatológicas

El organismo público divulgó hace unos pocos días atrás la actualización de las normales climáticas de sus estaciones distribuidas por el país, siguiendo las orientaciones dadas por la Organización Meteorológica Mundial.

bajo nivel de agua en lago o río
La disminución de la lluvia y nieve ha afectado de forma directa el comportamiento de los caudales de los ríos en el país.

La Dirección General de Aguas (DGA) del Ministerio del Obras públicas (MOP) divulgó las nuevas normales climatológicas del período 1991-2020, para sus estaciones más representativas distribuidas a lo largo del país. La entidad se basó en las orientaciones de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) para la realización de los cálculos así como la también para su actualización tras el periodo de 10 años.

Estas nuevas normales climatológicas corresponden a un promedio de las variables hídricas y meteorológicas medidas en los pasados 30 años, y serán utilizadas como referencia de las condiciones climáticas de las estaciones hidrometeorológicas del organismo público durante la actual década.

Chile se está secando

Entre Atacama y el norte de la Región de Magallanes, el país se está literalmente secando. La variación de las normales climáticas actuales con relación al periodo de referencia anterior (1981-2010), muestran una disminución de entre 4 y 16% en el volumen de precipitaciones, siendo que la parte más norte de la zona central es la que concentra la mayor variación negativa del país.

cambio de precipitaciones en Chile
La parte más norte de la zona central es la que ha experimentado la mayor disminución de precipitaciones en el país. Fuente: DGA.

El déficit de precipitaciones se acentúa a contar de los meses de invierno, extendiéndose la disminución, con relación al periodo anterior, hacia primavera y comienzos del verano, según consta en el informe preparado por la DGA.

Las regiones del norte del país han sido más aventajadas con relación al periodo de referencia anterior. La región de Antofagasta presentó un aumento en las precipitaciones de 25% con relación al periodo 1981-2000.

Estación (Región)Normal Climatológica
1981-2010
Normal Climatológica
1991-2020
Cerro Olivares (Coquimbo)125 mm66 mm
Quebrada Larga (Coquimbo)251 mm154 mm
Cerro Vega Negra (Coquimbo)515 mm381 mm
El Soldado (Coquimbo)428 mm298 mm
Nacimiento del Sobrante (Valparaíso)415 mm295 mm
Portillo (Valparaíso)595 mm450 mm
Laguna Negra (Metropolitana)533 mm477 mm
Lo Aguirre (Maule)875 mm720 mm
Volcán Chillán (Ñuble)653 mm535 mm
Alto Mallines (Biobío)758 mm524 mm
Nieve, equivalente en agua (mm). Fuente: DGA.

Y no sólo la lluvia ha disminuido: en las alturas de la cordillera de Los Andes, la cantidad de nieve caída también ha registrado una variación negativa cuando se comparan los valores de las últimas dos normales. Esto ha sido mucho más evidente en las estaciones nivométricas ubicadas en las regiones de Coquimbo (parte norte), en donde el equivalente en agua caída es entre 39% y 47% a menos en el periodo 1991-2020. La menor variación se ha registrado en la cordillera de las regiones Metropolitana al Maule, donde el valor fluctuó entre 11 y 18% a menos en este último periodo de treinta años, con relación al período 1981-2010.

No es secreto: menos agua en nuestros ríos

La baja en las precipitaciones también se ha reflejado en el caudal de los ríos que fluyen -y en algunos casos, que fluían- por Chile. El caudal medio mostró un descenso en prácticamente todo el país, siendo que el volumen de agua promedio que pasa por los ríos chilenos ha caído en más de 30% en varias cuencas del centro y norte de Chile. Solamente en una parte de la Región de Magallanes se ha observado el aumento del caudal mensual y anual, como es el caso del Río Paine y el Rio Las Minas.

Cada vez está hay más evidencias que las variaciones y disminuciones en los montos de precipitación se deben a los efectos del cambio en el clima y no a fenómenos que podríamos considerar como pasajeros. Debemos estar conscientes que la disponibilidad hídrica en Chile -y en varias partes del mundo- está disminuyendo, tanto para el consumo humano, para el uso en la agricultura, así como también para la generación de energía eléctrica.