Claves en las lluvias torrenciales, ¿qué son los ríos atmosféricos y la isoterma 0?
El aporte de vapor de agua llegado desde la zona tropical y las altas temperaturas para la época del año fueron parte de los factores que incidieron en la crecida de ríos, inundaciones y toda la afectación de las recientes jornadas en Chile.
La zona central de Chile padeció las consecuencias de las lluvias más cuantiosas en 30 años. ¿Por qué? Por el paso de un gran sistema frontal cálido que recibió el aporte de un extenso río atmosférico, por lo que la isoterma 0 estuvo más alta de lo habitual para la época del año.
¿Se entendió? Poco, verdad. El sistema frontal (baja presión), de lento desplazamiento, arribó desde el oeste a tierra firme y no del suroeste, por lo que fue acompañado de temperaturas más cálidas de lo acostumbrado en invierno.
Una configuración más habitual con El Niño presente, tal como ocurre en la actualidad con el calentamiento anómalo de las aguas superficiales y subsuperficiales del Océano Pacífico ecuatorial oriental.
Ríos que vuelan
Aunque resulte increíble, los ríos flotantes existen y se llaman ríos atmosféricos (RA). “La lluvia que cae sobre el centro-sur de Chile es mayormente alimentada por vapor de agua que ha viajado miles de kilómetros desde su origen en el Pacífico ecuatorial y subtropical”, explica, René Garreaud, director del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) en su artículo “Ríos en el cielo, ríos en la tierra”.
“Para distribuir la humedad en el planeta, la atmósfera transporta vapor de agua desde los trópicos hacia zonas extratropicales. La forma más eficiente, y que produce casi el 90% del transporte total, es a través de los ríos atmosféricos”, señala Diego Campos, climatólogo de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) en su publicación “El largo viaje del agua que nos llueve”.
Los ríos atmosféricos son largos y angostos corredores de flujo horizontal de vapor de agua. “Se ven como grandes filamentos, o brazos de humedad, que se desprenden desde las zonas tropicales y que viajan por miles de kilómetros. Su máximo flujo de humedad ocurre a sólo uno o dos kilómetros de la superficie y es la acción del viento la que hace que esta humedad se comience a transportar”, detalla Campos.
Cuando el vapor de agua, que viajó miles de kilómetros por el océano Pacífico, se conecta con un sistema frontal (baja presión) le aporta a este una gran cantidad de lluvia, la cual puede caer de manera torrencial en un lapso acotado.
Lluvia y no nieve
“La temperatura desciende en la medida que me alejo de la superficie de la Tierra hacia el cielo. Por ejemplo, si en el suelo, a nivel del mar, tenemos una temperatura de 20° Celsius en la medida que subimos ese registro disminuye”, explica Raúl Valenzuela, académico de la Universidad de O'Higgins e investigador del CR2 de la Universidad de Chile.
¿Cuánto disminuye? “Aproximadamente a una tasa de 9 °C por kilómetro. Así, al subir, llegamos a un punto en que la temperatura será de 0°. Ese sector, si uno lo extiende de manera horizontal, como si tendiéramos una sábana, en todos los lugares de esa sábana en dónde la temperatura es igual a 0 °C es lo que se conoce como isoterma 0”, ilustra el especialista.
En resumen, la isoterma 0 es una superficie que representa la zona, o la altitud, en la cual tenemos 0° Celsius. Desde ese punto hacia arriba, las precipitaciones caerán en estado sólido (nieve) y hacia abajo lo harán de forma líquida (lluvia).
Eso fue lo que ocurrió esta vez, la isoterma 0 se ubicó sobre los 3.000 metros de altitud por lo que llovió en sectores en donde debió caer nieve.