¿Cómo es el clima en Marte? NASA ha detallado el patrón del clima marciano
Se utilizaron nuevos instrumentos de la NASA para sondear la atmósfera del Planeta Rojo y se observaron variaciones de temperatura de alrededor de 50 a 60 grados.
Perseverance es un rover autónomo de la NASA que llegó al cráter Jezero (un antiguo lecho de un lago ahora seco en Marte) el 18 de febrero de 2021. El rover está equipado con siete nuevos instrumentos científicos complejos dedicados a explorar la superficie del planeta.
El 21 de diciembre, el astromóvil Perseverance depositó un tubo de titanio que contenía una muestra de roca en la superficie del planeta rojo. Durante los próximos dos meses, se depositará un total de 10 tubos en el sitio, construyendo el primer depósito de muestras de la humanidad en otro planeta.
Uno de los principales objetivos de la misión de Perseverance en Marte es la astrobiología, incluida la búsqueda de signos de vida microbiana antigua. Además, la misión caracterizará la geología y el clima del pasado, allanará el camino para la exploración humana del Planeta Rojo y será la primera misión en recolectar y almacenar restos de roca y polvo marcianos.
Identificando el comportamiento del clima en Marte
El estudio de la atmósfera utilizó el instrumento MEDA (Mars Environmental Dynamics Analyzer) y obtuvo resultados sin precedentes. El instrumento compone un conjunto de sensores que miden la temperatura, la presión, el viento, la humedad y las propiedades del polvo en la atmósfera marciana.
Perseverance ahora ha completado su investigación de la atmósfera durante el primer año marciano (que dura aproximadamente dos años terrestres). Además, el equipo de investigadores observó ciclos estacionales y diarios de temperatura y presión, así como sus variaciones significativas en otras escalas temporales como resultado de procesos muy diferentes. A lo largo de las estaciones, la temperatura media del aire en el cráter Jezero, situado cerca del ecuador del planeta, bordea los 55 °C bajo cero, pero varía mucho entre el día y la noche, con diferencias típicas de entre 50 y 60 grados.
Los sensores de presión, por otro lado, muestran en detalle el cambio estacional de la tenue atmósfera marciana producido por el derretimiento y congelamiento del dióxido de carbono atmosférico en los casquetes polares, así como por un ciclo diario variable y complejo modulado por mareas térmicas en el ambiente. La presión y la temperatura de la atmósfera de Marte oscilan con los períodos del día solar marciano (ligeramente más largo que el de la Tierra, con un promedio de 24 horas y 39,5 minutos).
Cambios en la atmósfera del planeta provocaron tormentas de arena
Ambos sensores también están detectando fenómenos dinámicos en la atmósfera que se producen en las inmediaciones del rover. Por ejemplo los producidos por el paso de remolinos conocidos como "diablos de polvo" por el polvo que en ocasiones levantan o por la generación de ondas de gravedad cuyo origen todavía no se comprende bien.
Dentro de la rica variedad de fenómenos estudiados, MEDA pudo caracterizar en detalle los cambios que se produjeron en la atmósfera por las temidas tormentas de polvo. Los remolinos de polvo son más abundantes en Jezero que en cualquier otro lugar de Marte y pueden ser muy grandes, formando remolinos de más de 100 metros de diámetro.
Con la ayuda de MEDA, el equipo pudo caracterizar no sólo sus aspectos generales (tamaño y abundancia), sino también desentrañar cómo funcionan estos remolinos. MEDA también detectó la presencia de tormentas a miles de kilómetros de distancia, muy similares en origen a las tormentas terrestres, como muestran imágenes de satélites en órbita, y que se mueven por el borde del casquete polar norte, formado por la deposición de nieve carbónica.
A través de mediciones meteorológicas de alta precisión, el equipo pudo caracterizar el patrón de la atmósfera marciana por primera vez, tanto a escala local como a escala global del planeta. Todo ello permitirá conocer mejor el clima marciano y mejorar los modelos predictivos que utilizamos, afirma Sánchez-Lavega, profesor de la Facultad de Ingeniería de Bilbao (EIB) y coinvestigador de la misión Mars 2020, publicado en la revista Nature Geoscience.