Conoce al árbol toromiro, una especie única de Rapa Nui que se niega a desaparecer
Aunque este arbusto se ha declarado oficialmente extinto de su hábitat natural, lugares como el Jardín Botánico de Viña del Mar luchan por su conservación, contra viento, marea e incendios.
El 2 de febrero del 2024 será una fecha que marcará a la Región de Valparaíso y a todo Chile. Nuevamente los incendios forestales han sido protagonistas de la temporada de verano y con ellos, noticias que han impactado a nivel social pero también ambiental.
“Aproximadamente 90% del botánico fue consumido”, informaron en sus redes sociales encargados del Jardín Botánico de Viña del Mar, uno de los pulmones verdes más importantes de la región. “Creo que quedan como dos hectáreas que se salvaron de las 400 que tiene el parque”, declaró más tarde su director, Alejandro Peirano.
Dentro de la trágica escena, la sobrevivencia de una especie muy particular fue una “luz de esperanza” entre tanta desgracia. El toromiro, árbol originario de Isla de Pascua y declarado como extinto de su hábitat, logró salvarse del fuego.
Décadas de lucha por su conservación
La historia de “extinción” de Sophora toromiro, más conocido como toromiro o Pingo Pingo, inicia en 1960, cuando el último árbol de esta especie fue derribado en las laderas interiores del cráter del Rano Kau, en Rapa Nui.
La llegada de colonos europeos aceleró el proceso de degradación con la introducción de conejos, ovejas, chanchos, caballos y ganado a la Isla.
Según información entregada por la iniciativa “Plan Nacional de Conservación del toromiro” de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) del Ministerio de Agricultura, esta especie fue catalogada como “probablemente extinta” en el Libro Rojo de Datos sobre Plantas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés) en 1978.
Gracias al trabajo de diversos especialistas, como el ingeniero agrónomo Efraín Volosky, quien recolectó semillas de este árbol, diferentes organizaciones han podido plantarlas y darle al toromiro una nueva oportunidad.
Jardines Botánicos, una pieza fundamental
El inicio del siglo XX marcó las primeras señales de esperanza para la conservación del toromiro. Jardines botánicos en Reino Unido y Suecia lograron que las semillas germinaran y crecieran. Esto se replicó en otros jardines de Europa, Australia y Chile.
En los años 90, varios organismos nacionales y extranjeros crearon el llamado Grupo de Gestión del Toromiro (TMG), con diversas agencias colaboradoras comprometidas con la conservación del Sophora toromiro y con la recuperación de esta especie y de los hábitat isleños asociados a la ecología de la especie y la cultura de Isla de Pascua.
Iniciativas como el Plan Nacional de Conservación del toromiro elaborada por CONAF en 2011, buscan detectar y coordinar acciones destinadas a la “reintroducción de una población genética y demográficamente viable de esta especie en Isla de Pascua, su hábitat natural”.
Claudio Azat, director del Centro de Sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello para Qué Pasa.
En Chile CONAF, el Jardín Botánico Nacional y el de Viña del Mar han jugado un papel fundamental en promover el cultivo y la conservación del toromiro en nuestro país.
Una lección de resiliencia y cooperación
Salvar especies que se han extinto por cambios en el ambiente o, derechamente, por la acción humana, es una responsabilidad que debemos asumir en conjunto.
La sobrevivencia del toromiro es más que una historia de recuperación ambiental; es un símbolo de esperanza y resiliencia en un mundo donde la conservación de la biodiversidad es urgente.
Referencia de la noticia:
CONAF Isla de Pascua. Plan Nacional de Conservación del Toromiro Sophora toromiro. (2011)