Crisis global del agua: los países avanzan con medidas para afrontar el colapso

La crisis mundial del agua se está intensificando y amenaza con desencadenar conflictos por este recurso vital. Expertos, como John Cherry, premio Nobel del Agua, alertan sobre la crítica situación que afrontan los países ante el colapso de los sistemas hídricos.

lago bajo, casi sin agua, con pasto alto en donde antes había agua
Para 2025, dos tercios de la población mundial se verá afectada por la escasez de agua y la tendencia empeorará.

La crisis del agua es cada vez más real y preocupante a escala global. Con la intensificación del cambio climático, las sequías prolongadas, la urbanización acelerada y el aumento de la demanda de agua, países de todo el mundo buscan soluciones innovadoras para enfrentar el colapso hídrico.

La sequía y la escasez amenazan a las poblaciones

Datos recientes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierten que la escasez de agua se está convirtiendo en una crisis global. Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), la escasez de agua podría afectar hasta 2/3 de la población mundial en 2025. De hecho, uno de los motivos que más contribuye a la crisis del uso excesivo del agua es el sector agrícola, lo que representa el 70% del uso de agua dulce en todo el mundo.

Las regiones del norte de África, Oriente Medio, Asia central y meridional y zonas de América del Norte y del Sur ya sufren una grave escasez de agua. A partir de ahora, varios países como Irán, India, Pakistán o Bangladesh, donde la extracción de aguas subterráneas se está volviendo demasiado intensiva, provocan conflictos por un recurso vital, como propugna el premio Nobel John Cherry.

Por ejemplo, en Brasil, la sequía en la región noreste empeora cada año y afecta la seguridad alimentaria y el desarrollo socioeconómico. El Sistema Cantareira, uno de los mayores reservorios de agua del país, ha estado operando en niveles críticos en los últimos años.

¿Qué pueden hacer los gobiernos para garantizar la seguridad hídrica?

Ante este escenario, los gobiernos están invirtiendo en varias medidas para garantizar la seguridad hídrica y reducir el impacto de la crisis. Algunas de las principales soluciones evidenciadas en los últimos años incluyen:

  • Desalinización del agua: proceso que elimina la sal del agua de mar para hacerla potable, siendo cada vez más utilizado en países con acceso limitado al agua dulce. En Israel, por ejemplo, la mitad de su agua potable ya se obtiene mediante desalinización.
  • La reutilización del agua tratada para fines no potables, como regar jardines y lavar calles, es una alternativa eficaz para reducir el consumo de agua dulce. En ciudades como São Paulo y Campinas, en Brasil, ya hay programas de reutilización de agua en marcha y con algunos resultados visibles.
  • Captación de agua de lluvia de techos y cisternas también es una práctica sencilla y eficiente para garantizar el suministro de agua, especialmente en zonas rurales y comunidades con acceso limitado a agua potable.
  • Gestión de la demanda mediante campañas de sensibilización para reducir el consumo de agua, como instalación de grifos y duchas de menor caudal y revisión de hábitos de consumo. Estos son esenciales para reducir la presión sobre los recursos hídricos.
  • El desarrollo de nuevas tecnologías de potabilización, desalinización y reutilización del agua es fundamental para afrontar la crisis del agua de forma sostenible.
  • Y, curiosamente, el cambio de hábitos alimentarios, como la reducción del consumo de carne.

“Utilizamos demasiada agua para el cultivo, que se utiliza para alimentar a los animales que luego comeremos. El punto focal del problema es el consumo de carne. Hay que reducir necesariamente su consumo”, afirma John Cherry, hidrogeólogo, en una entrevista con eldiario.es, durante una visita a Barcelona.

A pesar de los avances, aún quedan muchos desafíos por superar. En muchos países es necesario ampliar y modernizar la infraestructura para el tratamiento y distribución del agua. Además, es necesario invertir en educación ambiental y concienciar a la población sobre la importancia del uso racional del agua.

reutilización de agua
La reutilización del agua para fines no potables es una práctica esencial para reducir los impactos de la escasez de agua.

La cooperación transfronteriza también es crucial para abordar eficazmente la crisis del agua, particularmente cuando los países con abundantes recursos hídricos pueden compartir sus conocimientos y las tecnologías utilizadas con países en una situación más débil.

Cherry afirma que “en los países más pobres, particularmente en África, no se extrae el agua subterránea que necesitan. Viven en la situación contraria: los problemas de acceso al agua deben resolverse con más pozos”.

Países destacados en la lucha contra la crisis del agua

El futuro del agua depende de la acción conjunta de gobiernos, empresas, sociedad civil e individuos. Al adoptar medidas innovadoras y sostenibles, podemos garantizar la seguridad hídrica para las generaciones futuras y preservar este recurso vital para la vida en el planeta.

Algunas de las soluciones más innovadoras se producen en todo el mundo. Por ejemplo, Israel ya obtiene la mitad de su agua potable a través de este proceso e invierte en tecnologías para reducir el costo y el impacto ambiental de la desalinización. Singapur, por su parte, es líder mundial en reutilización de aguas residuales (95%).

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En Australia se están implementando varias medidas para reducir el consumo de agua, como la instalación de medidores inteligentes y la aplicación de tarifas progresivas para los grandes consumidores. Otro ejemplo interesante proviene de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, que, ante una grave crisis hídrica en 2018, logró superarla con medidas como la racionalización del agua, campañas de sensibilización e inversión en infraestructura.

De hecho, la crisis del agua es un desafío global que requiere soluciones innovadoras y la colaboración de todos los sectores de la sociedad. Al compartir conocimientos, tecnologías y experiencias, podemos garantizar la seguridad hídrica para las próximas generaciones y construir un futuro sostenible.