Del olvido a la gloria: el Carmenere y su legado en Chile

Aromática, seductora y con una historia llena de misterio, la cepa Carmenere encontró su segunda oportunidad en los valles chilenos, convirtiéndose en símbolo del vino local y emblema nacional.

Carmenere
Hoy en día, Chile es el mayor productor de esta variedad a nivel global, con más de 10.000 hectáreas plantadas.

Originaria de Francia, la variedad Carmenere es hoy un emblema de la vitivinicultura chilena. Sin embargo, su transformación en ícono nacional fue todo menos sencilla o predecible.

Durante siglos, la cepa Carmenere fue cultivada en la región de Burdeos, Francia, donde coexistía con otras cepas como el Merlot y el Cabernet Sauvignon. Pero una plaga devastadora a mediados del siglo XIX, conocida como Filoxera, borró casi por completo esta variedad del mapa europeo.

Fue gracias a un insólito error que esta uva encontró refugio en tierras chilenas, donde prosperó sin que nadie lo supiera. Desde entonces Chile se ha convertido en el salvavidas inesperado del Carmenere.

Hoy, esta cepa no solo es un emblema del país, sino también una carta de presentación ante el mundo. A continuación te contamos más sobre su fascinante historia, su renacer en suelo chileno y el impacto cultural y económico que ha tenido para la industria vitivinícola.

La historia del Carmenere

Originaria de Burdeos, esta cepa fue un componente fundamental de los prestigiosos vinos franceses, aportando color y complejidad. Sin embargo, la llegada de la Filoxera a Europa en el siglo XIX significó el fin de su cultivo allí.

Filoxera
La filoxera es visible en las hojas por pequeñas agallas o deformaciones, mientras que debajo del suelo, consume los nutrientes de las raíces, debilitando lentamente la planta.

La plaga comenzó cuando vides americanas, resistentes al insecto, fueron introducidas en Europa, y aunque las vides americanas sobrevivían a la filoxera, las cepas europeas no tenían la misma resistencia, lo que llevó a la rápida expansión de la plaga.

Se estima que entre 1860 y 1880, la filoxera destruyó más de dos tercios de los viñedos de Europa, afectando gravemente la producción de vino y causando enormes pérdidas económicas.

Para combatir la Filoxera, se desarrolló una solución innovadora: injertar las variedades europeas en raíces de vides americanas. Este injerto permitió salvar muchas variedades de uvas, pero algunas, como el Carmenere, se perdieron temporalmente en Europa, ya que no se priorizó su cultivo durante la recuperación.

Sin embargo, antes de la crisis de la Filoxera, vides de Carmenere fueron llevadas accidentalmente a Chile junto con otras variedades europeas.

Durante más de un siglo, los viticultores chilenos cultivaron esta cepa creyendo que era Merlot, debido a la similitud en las hojas y racimos.

Todo cambió en 1994 cuando el ampelógrafo francés Jean-Michel Boursiquot, en una visita a los viñedos chilenos, se dio cuenta de que muchas vides etiquetadas como Merlot en realidad eran Carmenere. Este hallazgo causó un revuelo en la industria vitivinícola, ya que la cepa, supuestamente extinta en Europa, había sobrevivido inadvertidamente en suelo chileno.

Desde entonces, Chile ha adoptado esta uva como suya, perfeccionando las técnicas de cultivo y vinificación para crear algunos de los mejores ejemplares de Carmenere en el mundo.

Carmenere en Chile: un renacer inesperado

Zonas como el Valle de Colchagua y el Valle de Maipo se han convertido en referentes de la producción de esta cepa. La falta de lluvias durante la temporada de cultivo y las brisas frescas de los Andes han permitido que el Carmenere desarrolle todo su potencial sin los problemas que enfrentaba en Europa.

Vino chileno
Chile adoptó el Carmenere como su uva emblema, posicionando al país como el principal productor mundial de esta histórica variedad.

El éxito de esta uva también ha cambiado la forma en que se elaboran vinos en el país. En lugar de ser solo un componente en mezclas, hoy el Carmenere se embotella en solitario, mostrando su carácter distintivo. Vinos con cuerpo medio, taninos aterciopelados y aromas que recuerdan a frutos negros, pimiento rojo y especias son la firma del Carmenere chileno.

La importancia del Carmenere para Chile

El Carmenere ha pasado de ser una curiosidad botánica a convertirse en un símbolo de la identidad vitivinícola chilena. Su descubrimiento y cultivo exclusivo han permitido a Chile posicionarse en los mercados internacionales con un producto único.

Esta cepa no se produce en grandes volúmenes fuera del país, lo que le da un aire de exclusividad y diferenciación frente a otras regiones vitivinícolas del mundo.

Además, el Carmenere ha sido un motor de desarrollo en varias zonas rurales, generando empleos y fomentando el turismo en los valles vitivinícolas.

Rutas del vino como las de Colchagua han crecido en popularidad, atrayendo visitantes nacionales e internacionales, y consolidando a Chile como un destino enoturístico de primer nivel.

Del viñedo a la mesa: cómo se disfruta un Carmenere

El Carmenere es un vino que, en copa, despliega un abanico aromático que incluye ciruelas, moras y pimiento rojo, lo que lo convierte en una gran opción para acompañar carnes asadas, guisos especiados y las clásicas empanadas chilenas. Su equilibrio también lo hace ideal para platos con salsas a base de tomate o para disfrutarlo junto a quesos curados y semiduros.

Carmenere degustación
Vinos con cuerpo medio, taninos aterciopelados y aromas que recuerdan a frutos negros, pimiento rojo y especias son la firma del Carmenere chileno.

Además, su versatilidad permite disfrutarlo tanto en celebraciones familiares como en cenas más formales, siempre aportando una nota especial a la mesa.

Fuentes y referencias de la noticia:

- Amulen Tour. Vino Carmenere en Chile. (2024).

- HelloWine. Carmenere, la francesa radicada en Chile. (2023).