Desastres naturales vinculados al agua son los que causan más pérdidas
Los ejemplos más recientes de esto son los efectos de las intensas precipitaciones ocurridas en Europa y China en las últimas semanas. Los fenómenos extremos vinculados al cambio climático están siendo cada vez frecuentes.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) adelantó algunos resultados del Atlas de la OMM sobre Mortalidad y Pérdidas Económicas Asociadas al Tiempo, Clima y Fenómenos Hidrológicos Extremos (1970-2019) -que será divulgado en íntegra en el mes de septiembre- y las cifras no son menores alrededor del mundo.
Son las sequías (650.000 muertes), tormentas (577.232 muertes), inundaciones (58.700 muertes) y las temperaturas extremas (55.736 muertes) los fenómenos que encabezan la lista de los diez peores desastres naturales que han cobrado más vidas en los últimos 50 años.
Del total de desastres considerados en el periodo, la mitad de ellos está asociado a fenómenos hidrometeorológicos, sumando el 45% de las muertes informadas y más del 70% de las pérdidas económicas a nivel mundial. Las tormentas se posicionan como uno de los eventos extremos que más pérdidas económicas suman (USD 521.000 millones) junto a las inundaciones (USD 115.000 millones).
¿Cuál es la contribución del cambio climático?
Volúmenes extraordinarios de precipitaciones se han visto en las últimas semanas en Europa y China. En algunos países europeos cayó el equivalente a dos meses de lluvias en apenas dos días, teniendo como resultado las impactantes inundaciones, dejando bajo agua poblados y causando gran número de daños y muertes. En regiones de China central, la lluvia de la última semana superó el acumulado anual, con registros de más de 200 mm en 24 horas, en la capital de la provincia de Henan.
Es cada vez más frecuente tener registros de eventos extremos de precipitación, y no dejan de estar vinculados al cambio climático. Según indica el Secretario General de la OMM, el profesor Petteri Taalas, "mientras más se caliente la atmósfera retiene más humedad, lo que implica en un mayor volumen de lluvia en las tormentas, aumentando el riesgo de que se produzcan inundaciones". Y esto no afecta solo al volumen, si no a la intensidad de estas tormentas, donde las precipitaciones pueden concentrarse en pocas horas y con volúmenes exagerados, como vimos en los últimos eventos extremos de China y Europa.
Algo parecido ocurrió con el extremamente raro evento de ola de calor que se vivió a finales de junio recién pasado en el oeste de Estados Unidos y Canadá. Si bien estos fenómenos extremos suelen ocurrir en varias partes del mundo, su frecuencia e intensidad también se han visto incrementadas.
Ola de calor mató millones de mejillones y animales marinos en Canadá.
En un estudio rápido de atribución realizado por un grupo de investigadores, pertenecientes al grupo World Weather Attribution, mostró a través de modelamiento y datos observacionales, que las temperaturas máximas registradas en el periodo no podrían ocurrir si no existiera la influencia del cambio climático inducido por la humanidad, y que de continuar el calentamiento del planeta, se estima que olas de calor de esta magnitud podrían ocurrir con una frecuencia de entre 5 a 10 años, caso las temperaturas a nivel global alcancen los 2 ºC por sobre el promedio.