Deshielo ártico liberará gases de efecto invernadero a la atmósfera
Las altas temperaturas sobre el Polo Norte han provocado un adelanto en el deshielo del Ártico. Pero ¿cómo esta situación podría influir en la atmósfera? Conoce más detalles interesantes en este artículo.
Lo que está ocurriendo en el Ártico no tiene precedentes. Ya no es sólo el excesivo agotamiento de la capa de ozono lo que está llamando la atención. Ahora se suma una adelantada temporada de deshielo que tiene sus consecuencias, más allá del aumento en el nivel del mar. Lamentablemente, esto repercute directamente en la composición química de la atmósfera.
Una primavera más cálida en el hemisferio norte
Sobre el Polo Norte se han posicionado anomalías positivas de altas presiones. Esto ha generado que los termómetros se eleven, inclusive, hasta los impresionantes 20°C en algunas zonas de Siberia. Como consecuencia, se ha originado un camino transportador de calor hacia el Ártico, pero llevando aire más frío hacia lugares de América del Norte.
Hablar del comienzo de una temporada de deshielo significa que durante 3 días consecutivos se derrite una cantidad superior al 5% de la capa de hielo. La temporada actual de deshielo comenzó el 16 mayo, a diferencia del año 2016 cuyo inicio oficial fue el 11 de abril. Esta situación también se asocia al crítico estado de los incendios forestales en el Lejano Oriente ruso y Siberia durante la actual primavera del hemisferio norte.
Consecuencias atmosféricas del deshielo Ártico
Más allá del incremento en el nivel del mar, el permafrost -que son áreas de suelo permanentemente congelado pero no necesariamente cubiertas de hielo- es capaz de liberar gases efecto invernadero. Por ende, incorpora un ingrediente más a la crisis climática global, que se ha visto combinada con la pandemia por COVID-19. Sin embargo, las emisiones desde esta fuente son significativamente menores si se compara con la quema de carbón y el gas natural.
Por otra parte, desde hace años, los científicos han publicado que la atmósfera posee la mitad del carbono que contiene el permafrost. A medida que este gas se vaya liberando, será captado por las plantas que surjan del mismo deshielo, otorgando una vegetación ártica más verde. Esto pareciera un escenario inofensivo, pero no lo es.
Si se altera el paisaje a la velocidad actual, la liberación de carbono es mayor, pero en forma de metano. Este último gas tiene la capacidad de actuar como gas efecto invernadero 25 veces más que el dióxido de carbono. Si bien, esto es parte de un ciclo natural de la Tierra, se ha visto acelerado por diversas acciones. Dentro de ellas se encuentra el cambio del uso del suelo, la emisión excesiva de gases contaminantes y la carencia de políticas públicas en países aspirantes al desarrollo sostenible como Chile.