Deshielo polar debido al cambio climático está en un círculo vicioso
El deshielo es una de las consecuencias del cambio climático que estamos presenciando, y que, por su vez, puede originar fenómenos capaces de intensificar los efectos negativos de estos cambios del clima. ¡Te contamos más aquí!
El cambio climático está provocando un aumento del deshielo en el planeta. Groenlandia está perdiendo hielo en tasas récords, y parte de la Antártica han entrado en una fase de inestabilidad. Pero esto es mucho más que un problema en si, ya que puede desencadenar una nueva serie de otros problemas, según apunta un nuevo estudio.
El deshielo y sus consecuencias
Las alteraciones climáticas no son apenas un fenómeno. Son una enorme cadena de fenómenos interconectados que se afectan e influencian entre si. Por esto, cuando hablamos sobre el deshielo polar, no es errado afirmar que este lleva a una consecuencia de otros eventos.
En un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications, un grupo de investigadores del Potsdam Institute for Climate Impact Research, en Alemania, analizaron como el aumento de la temperatura y el deshielo alimentan otros fenómenos.
“Si la cobertura de hielo a nivel global disminuye, afectará el balance entre la cantidad de luz solar que llega a la superficie del planeta y la que es reflejada hacia el espacio. La disminución de la cobertura de hielo Ártico expone más agua 'oscura' del océano, la que absorberá más energía proveniente del espacio", dice Nico Wunderling en un comunicado, autor principal del estudio.
De acuerdo con el reciente estudio, en caso de no haber un cambio en los niveles de dióxido de carbono que son emitidos a la atmósfera, el derretimiento de la criósfera aumentará en 0,43 ºC las temperaturas a nivel global. En regiones gélidas, estas variaciones serían substancialmente más altas. Por ejemplo, en Groenlandia y en la Antártica Occidental, los valores podrían subir hasta 5 ºC, mientras que alrededor del ecuador, la temperatura difícilmente llegaría a superar los 0,2 ºC.
Estas diferencias se deben a la amplificación térmica que provoca el calentamiento en la partes congeladas del planeta: cuanto más alta la temperatura, menos la cantidad de masa congelada. El proceso se realimenta por la perturbación que el calentamiento induce en los demás componentes del sistema.
El cambio más importante se daría en el albedo - en la capacidad que las superficies tienen en reflejar la luz solar. Mientras más luz las superficies reflejan, menos calor ellas absorben. Este proceso es muy importante en el Ártico, ya que la nieve y el hielo son muy buenos reflectores de radiación solar.
Muchos investigadores argumentan que en pocas décadas el Ártico dejará de congelarse durante el verano. Caso esto ocurra, además de las consecuencias ecológicas locales y globales, la temperatura aumentaría 1,5 ºC en la región y 0,9 a escala global.
El aumento local de temperatura en el Ártico podría generar aún mayores deshielos en sectores cercanos como Siberia, Canadá y Groenlandia, lo que llevaría a una mayor reducción en el albedo, realimentando el calentamiento y recomenzando el circulo de efectos que hemos comentado.