Día Internacional de la Luna, ¿qué sabemos de nuestro satélite natural y cómo nos influencia?
¿Cómo sería nuestro planeta sin la Luna? ¿Cuáles son los aportes de sus fases sobre los cultivos? Descubre las respuestas a continuación y algunas curiosidades, para conmemorar a nuestro satélite natural en su día.
En el año 2021, bajo la consigna "cooperación internacional en la utilización del espacio ultraterrestre con fines pacíficos", las Naciones Unidas declararon el 20 de julio como el Día Internacional de la Luna. Esta celebración cuenta con varios enfoques, por ejemplo, crear conciencia sobre la exploración sostenible de nuestro satélite natural y recordar el primer aterrizaje del ser humano sobre su superficie en la misión Apolo 11.
Pero ¿qué sabemos de la Luna? Primero que todo, no existen ríos, océanos, viento y tampoco las estaciones. A diferencia de nuestra Tierra, los meteoritos impactan a la Luna desde cualquier ángulo, ya que no cuenta con una atmósfera densa que la proteja. Así que ¡tenemos una capa de gases que debemos cuidar para que nos siga protegiendo!
"La Luna y la Tierra tienen un origen en común. Sabemos que hubo un impacto que formó a la Luna y la dejó orbitando alrededor de la Tierra. Entonces, al estudiar a la Luna también podemos entender cómo se formó la Tierra", explica el doctor José Carlos Aponte, astroquímico de la National Aeronautics and Space Administration (NASA).
Si la Luna no existiera...
La Luna se ubica a unos 384.000 km de distancia de nuestro planeta, algo así como 30 Tierras ubicadas en hilera, y su masa es 80 veces menor que la de nuestro planeta. Pero te has preguntado ¿qué pasaría si la Luna no existiera? Para comenzar, el día sería más corto y las estaciones del año serían completamente distintas a como las conocemos. Además, como nos trasladamos en torno al Sol, la atracción de gravedad que la Luna ejerce sobre la Tierra, permite que nuestro clima sea óptimo para la vida humana.
En este sentido, no podemos dejar de lado una de las mayores influencias que la Luna tiene sobre nuestro planeta: las mareas. Para comprenderlo, enfoquémonos en la imagen anterior; es como si la Luna quisiera estar "pegada" al agua oceánica, generando un suave abultamiento que, a su vez, crea las mareas.
Y eso no es todo. Si la Luna se encontrara a una distancia 20 veces menor a la actual, ciudades como Nueva York o Londres quedarían totalmente bajo el agua en marea alta o pleamar.
Ciclo lunar en la agricultura
Esto puede parecer nuevo conocimiento, pero es sabiduría ancestral considerada como un manual para las cosechas, debido a que la Luna coopera en la germinación, crecimiento y fructificación de las plantas. Lo que podemos hacer en cada una de sus fases es imprescindible para vivir en una coherencia con el ciclo lunar y disfrutar sus beneficios.
Luna nueva
Una de las tareas más recomendadas es el control de las plantas, ya que la savia se encuentra más concentrada en las raíces durante esta fase lunar. También, se recomiendan las actividades de mantenimiento como podas, abono y aporques. Además, se puede eliminar las hojas marchitas y sembrar césped y hortalizas de raíz (nabos y zanahorias).
Cuarto creciente
En esta fase, la luz de la Luna va en aumento, por lo que los cultivos van creciendo balanceadamente, principalmente en sus raíces y follaje.
Se aconseja evitar regar las plantas con flor, sin embargo, se pueden realizar injertos, sembrar flores y hortalizas de hojas (espinaca, acelga, lechuga), cultivar terrenos más arenosos y podar los árboles que requieran mayor rendimiento (frutales).
Luna llena
Las hojas tienden a desarrollarse más rápido que el resto de la planta. Una desventaja es que durante la luna llena, las plagas proliferan más que en las otras fases, por lo que se recomienda la poda, los trasplantes y la propagación vegetativa. También se pueden plantar árboles de hoja perenne y cosechar hortalizas de hojas.
Cuarto menguante
Durante esta fase disminuye la actividad lunar y la savia de las plantas vuelve a desplazarse hacia las raíces. Debido a ello, se sugiere plantar árboles de hoja larga, abonar el suelo, trasplantar, regar las plantas con flor (por debajo de ellas), eliminar las hojas marchitas y sembrar hortalizas que contengan raíz.
Como puedes ver, la Luna es una aliada de nuestro planeta y de nuestros propios ciclos, principalmente, del ciclo femenino. También es capaz de influir en nuestro estado de ánimo y horas de sueño, por lo que conectarse a sus fases es fundamental para aprovechar la energía que nos otorga.