Diciembre en el huerto: preparación para un verano fructífero
El último mes del año es crucial para asegurar el éxito del huerto en verano. Desde la siembra hasta el control de plagas, descubre las tareas esenciales para diciembre.
Diciembre trae días largos, cálidos y llenos de vida en el huerto. Es el momento perfecto para consolidar los cultivos que prosperarán en verano y aprovechar la abundancia que brinda la primavera.
Sin embargo, el calor también implica mayores retos, como el aumento de plagas y la necesidad de un riego más frecuente. A continuación te ayudamos a organizar tus labores para un huerto sano y productivo.
Siembra y plantación
El calor de diciembre permite avanzar en la siembra directa de cultivos propios del verano, como:
- maíz y porotos: resisten bien las altas temperaturas y demandan suelos ricos en nutrientes.
- zapallos, melones y sandías: ideales para suelos bien drenados y con buena exposición solar.
- hierbas aromáticas: la albahaca, el orégano y el perejil aprovechan el calor para un crecimiento rápido y vigoroso.
Además, este es un mes excelente para trasplantar almácigos de tomates, pimientos, berenjenas y pepinos, siempre asegurándote de que las plántulas estén bien adaptadas al ambiente exterior.
Riego y fertilización natural
Opta por realizar riegos profundos y espaciados en lugar de frecuentes y superficiales, para favorecer raíces fuertes. Potencia este tipo de riego con acolchados de materia orgánica, ya que esta práctica ayudará a mantener la humedad del suelo y reducir la evaporación.
En cuanto a la nutrición, la fertilización en diciembre debe ser estratégica para maximizar el crecimiento de los cultivos, puedes emplear fertilizantes naturales como:
- compost casero: ideal para aportar materia orgánica y mejorar la estructura del suelo. Por ejemplo, es excelente para cultivos como tomates y calabazas, que necesitan un suelo suelto y bien nutrido para desarrollarse plenamente.
- té de compost: (líquido obtenido de compost fermentado), puede aplicarse como riego o pulverización foliar, ayudando a fortalecer las hojas y prevenir enfermedades fúngicas.
- ceniza de madera: rica en potasio y calcio, perfecta para estimular la floración y fructificación en plantas como melones y sandías.
- purín de ortiga: además de ser un bioestimulante, actúa como repelente natural de plagas. Es particularmente útil en cultivos de hojas verdes como espinacas o lechugas.
Aplica estos fertilizantes al inicio del día o al atardecer, combinándolos con un buen sistema de riego para asegurar que los nutrientes lleguen de manera uniforme a las raíces.
Control de plagas y enfermedades
El calor favorece la proliferación de plagas como pulgones, ácaros y mosca blanca. Para mantener un control efectivo es necesario:
- inspección regular: observa el envés de las hojas, donde suelen esconderse plagas como pulgones o huevos de insectos. Una detección temprana puede prevenir grandes infestaciones.
- añade diversidad: introduce plantas compañeras como caléndulas y albahaca, que actúan como repelentes naturales de algunas plagas.
- utiliza insecticidas naturales: existe una amplia variedad de biopreparados eficaces, como el purín de ortiga que funciona como repelente contra pulgones, o el aceite de neem que es efectivo contra larvas y mosca blanca.
No olvides que si encuentras plantas enfermas, debes retirar las partes afectadas y utilizar alguna pasta cicatrizante para proteger los cortes. Esto previene la entrada de patógenos.
Cosechas
- raíces: zanahorias, betarragas y rábanos tienen un sabor más dulce al cosecharse jóvenes.
- hortalizas de ciclo corto: lechugas, espinacas y rúcula alcanzan su punto ideal antes de que las altas temperaturas las hagan subir a flor.
- hierbas aromáticas: recolecta albahaca y orégano al inicio de la floración para obtener su máximo aroma y sabor.
Mantenimiento clave
Eliminación de malas hierbas: hazlo regularmente para evitar que compitan por agua y nutrientes con tus cultivos principales.
Poda ligera: en plantas como tomates, retira los brotes axilares para redirigir la energía al crecimiento de frutos.
Sistemas de riego por goteo: reducen el consumo de agua y optimizan su distribución.
Planificación de rotación de cultivos: alternar hortalizas de diferente demanda nutricional ayuda a preservar la calidad del suelo.
Instalación de mallas de sombra: protegen cultivos como pimientos y lechugas del Sol excesivo.
Acolchado adicional: aplica una capa fresca de paja o compost alrededor de las plantas, lo que además de retener humedad, ayuda a regular la temperatura del suelo.