Dónde comer en Santiago el mejor curanto: el tesoro culinario del sur en versión capitalina

El curanto ha encontrado un espacio destacado en la escena gastronómica de Santiago. Este festín, que combina mariscos, carnes y masas tradicionales como milcaos y chapaleles, es una celebración de sabores y técnicas ancestrales.

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En Isla de Pascua se prepara algo semejante llamado umu. Imagen: Revista Cabal.

Aunque el curanto tiene sus raíces profundamente ancladas en la tierra y el mar de Chiloé, su sabor y tradición han conquistado los corazones y paladares de muchos chilenos a lo largo del país y, por qué no decirlo, de extranjeros que se sienten atraídos por la gastronomía tradicional chilena.

Para quienes no saben en qué consiste esta rica preparación, el curanto, cuyo nombre proviene del mapudungún kurantu que significa "pedregal", es una preparación tradicional originaria de la Patagonia chilena y argentina, aunque se le atribuye a la Isla de Chiloé en Chile.

Esta comida utiliza un método de cocción con piedras calientes dispuestas en un hoyo que se cubre con hojas de nalca (pangue) y tepes, logrando una cocción al vapor que mezcla los sabores de la tierra y el mar.

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La frescura y calidad de los ingredientes son imprescidibles al momento de cocinar un buen Curanto.Imagen: Turismo Pehuen

Los ingredientes esenciales incluyen mariscos, papas y preparaciones típicas como el milcao y el chapalele, a los que se suman carnes, embutidos y, ocasionalmente, crustáceos.

Si estás en Santiago y te ha entrado el antojo de un curanto bien hecho, con todo el sabor ahumado y ancestral de la cocina chilota, puedes agendar con tiempo una visita al sur y mientras, saber dónde encontrar el mejor curanto en Santiago.

Casona Chilota

Ubicada en el corazón de Ñuñoa, esta picada chilota ha ganado fama por su curanto en olla, preparado al estilo tradicional con mariscos frescos, carnes ahumadas, milcaos y chapaleles. El ambiente es acogedor, con decoración que evoca el archipiélago y, los fines de semana, suele haber música en vivo. Ideal para ir en grupo y compartir, reservando con anticipación, especialmente, si vas en invierno.

Ubicación: José Manuel Infante 1414, Ñuñoa.

La Casa de la Isla

Este restaurante se especializa en cocina chilota y patagónica. Su curanto es una verdadera experiencia: lo sirven en olla de greda, con una generosa porción de mariscos y embutidos artesanales.

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El Curanto en olla recibe el nombre de "Pulmay" en la zona central de Chile. Imagen: Centro de Innovación Gastronómica de INACAP.

También cuentan con una excelente selección de vinos del sur de Chile para maridar. Y ojo, que también ofrecen curantos veganos con hongos, papas chilotas y algas.

Ubicación: Av. Manuel Montt 1598, Providencia.

Curantos Doña Lita

Un verdadero secreto bien guardado entre los vecinos de La Florida. Aquí el curanto se sirve sólo los fines de semana, hecho con recetas familiares transmitidas por generaciones. Todo es preparado en casa, desde las longanizas hasta los milcaos. Y como bonus: además del curanto, puedes probar su pisco sour con maqui.

Ubicación: Calle del Inca 7830, La Florida.

Puerto Chilote

Un rincón que acerca Chiloé a la capital. Su curanto es contundente y viene acompañado de relatos sobre la tradición de cocinar bajo tierra, como si se tratara de un ritual.

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Imagen: amipintacocino.cl

También venden productos típicos como luche, cochayuyo y quesos del sur. El ambiente es familiar, con precios accesibles y buena atención.

Ubicación: General Velásquez 1245, Estación Central.

¿Curanto en olla o en hoyo?

Aunque el curanto en hoyo es la forma tradicional, con piedras calientes enterradas en la tierra y cubiertas con hojas de nalca, en Santiago lo más común es el curanto en olla. Pero eso no le quita sabor: cuando los ingredientes son de calidad y la cocción es lenta y dedicada, la magia se mantiene.

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Curanto al hoyo, tradición culinaria ancestral desarrollada con esmero en la Isla de Chiloé. Imagen: Turismo Pehuen

La presencia del curanto en Santiago es un testimonio de la riqueza y diversidad de la gastronomía chilena.

Cada uno de estos espacios gastronómicos ofrece una interpretación única de este plato tradicional, respetando sus raíces y adaptándolo al contexto de la capital de Chile. Al degustar un curanto en Santiago, disfrutas una comida identitaria y una experiencia cultural que conecta con las tradiciones culinarias del sur de Chile.