Ecosistemas en Groenlandia evolucionan debido al cambio climático
Los cambios en el clima local tienen impactos directos sobre especies de plantas y animales, dando paso a la formación y evolución de nuevos sistemas biológicos, que se vuelven más complejos.
Un grupo de investigación estudió cómo la variación en un microclima influye en cada nivel del ecosistema de la región norte de Groenlandia. Consideraron desde la abundancia de especies depredadoras hasta las tasas de parasitismo en herbívoros que son clave de este bioma, además de la vegetación de este en la región.
Sus resultados revelan cómo el cambio climático puede remodelar drásticamente los ecosistemas en el polo norte, la tundra específicamente. Es necesario comprender qué impacto tienen las variaciones climáticas en las interacciones cotidianas de cualquier especie, ya que estas incluyen cambios ecológicos significativos principalmente en los herbívoros, la polinización y el parasitismo.
El grupo de investigación detrás del estudio une dos países y dos universidades, la Universidad de Helsinki y la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas, dirigido por el profesor Tomás Roslin. El grupo ha estudiado las interacciones de los insectos en todo el mundo, actualmente se encuentran en Groenlandia, que forma parte importante del Ártico y que funciona como un observatorio ideal para monitorear los efectos del cambio climático.
El clima está cambiando especialmente rápido en el Alto Ártico, una región montañosa al norte y noreste de Groenlandia donde los otros impactos humanos son mínimos, por lo que es mucho más fácil estudiar el entorno ambiental y sus alteraciones.
Investigaciones clave en Groenlandia
Uno de los líderes de estos proyectos, Tuomas Kankaanpaa estudio cómo se agrupan las comunidades de insectos a lo largo de gradientes microclimáticos que se encuentran en la ladera de una montaña en el noreste de Groenlandia. Comparó la variación en las condiciones ambientales con la variación en la estructura y función de diferentes compartimentos de una red alimentaria.
Esta red está formada por Dryas octopetala (Avens de montaña) como planta productora primaria, por larvas de polilla que se alimentan de las flores como consumidoras, y por avispas y moscas parásitas, que a su vez utilizan larvas de polilla como viveros vivos para su propia descendencia.
Su estudio identificó el microclima como un factor importante en la determinación de la estructura local de las comunidades parasitoides. La abundancia de especies y las fortalezas de las interacciones interespecíficas cambiaron con los factores climáticos. Como los parasitoides depredadores que son particularmente sensibles a los cambios ambientales.
"Para comprender el impacto más general del clima, no siempre podemos analizar especie por especie en cada área. Más bien, necesitamos descubrir las características unificadoras de especies que muestran respuestas similares a las condiciones climáticas", explica Kankaanpaa.
¿Qué sucede cuando cambia la estacionalidad de las especies?
Una consecuencia potencialmente grave del cambio climático es un desajuste fenológico, es decir, una situación en la que la estacionalidad de las especies que interactúan cambia a un ritmo diferente. Esto puede llevar a situaciones en las que, por ejemplo, los insectos herbívoros escapan a tiempo de algunos de sus depredadores, lo que permite que crezcan las poblaciones de herbívoros.
Para los insectos parasitoides del norte, un rasgo clave resultó ser la forma en que las especies parasitoides usan a sus huéspedes. Las especies que pasan un tiempo considerable en reposo dentro de su hospedador, esperando a que crezca, forman un grupo: tienden a preferir lugares en los que la nieve se derrita temprano, y que los veranos sean más calurosos y secos.
Kankaanpaa enfatiza que queda mucho trabajo por hacer antes de que se pueda comprender completamente cómo el cambio climático repercutirá en las redes de interacciones en vivo.