Gigante Tembloroso: el ser vivo más grande del mundo puede desaparecer
El “Gigante Tembloroso”, o también llamado "Pando", es un grupo de alrededor de 47 mil árboles idénticos que en realidad forman parte de uno solo, y lamentablemente está muriendo. ¿Qué lo está colocando en peligro? Te contamos esto y más.
Es verdad que actualmente el animal más grande es la ballena azul, con hasta 30 metros de largo, pero si incluimos el reino vegetal entonces el ser vivo más grande conocido en nuestro planeta es el “Gigante Tembloroso”, o también llamado el “Pando” que en latín significa “yo me esparzo”.
Justamente su nombre describe a la perfección la historia y morfología de este gigante, un enorme bosque que se ha estado extendiendo durante más de un millón de años, pero que lamentablemente ahora se ve seriamente amenazado.
¿Cómo es el Pando?
Se trata de una milenaria y gigante arboleda compuesta por aproximadamente unos 47 mil álamos temblorosos con idéntica genética, cuyas raíces están unidas en una gran red enmarañada bajo la tierra, y terminan comportándose como un solo organismo vivo.
Este tipo de álamo (Populus tremula), conocido como temblón o tembloroso, es un árbol caducifolio que alcanza una altura de 10 a 15 metros. Su corteza es de color gris-verdoso y fisurada en los ejemplares más añejos, las hojas son redondeadas de color verde por ambas caras.
Este descomunal bosque está ubicado en Fish Lak en Utah, en los Estados Unidos, y ocupa actualmente unas 43 hectáreas con un peso aproximado de 6.615 toneladas. La raíz madre se expande desde hace al menos un millón de años por el terreno, y emerge a la superficie de manera múltiple desde donde brotan nuevos árboles como “tallos de un clon expansivo”, según explican los científicos.
Los bosques de álamo se reproducen de dos maneras: mediante las semillas que caen de los árboles maduros que luego germinan, y la más común que es al liberar brotes de sus raíces a partir de las cuales nacen nuevos árboles a los que se les llama clones.
El gigante está muriendo lentamente
Los cambios abruptos en el ambiente que rodea al Gigante Tembloroso lamentablemente lo han puesto en peligro. Los expertos cuidadores y ecologistas de la Universidad Estatal de Utah explicaron en reiteradas oportunidades, que el crecimiento del Pando en las últimas cuatro décadas muestra problemas, e incluso denota evidencias de decrecimiento por la falta de tallos jóvenes, según un reciente estudio.
Es lógico que al tratarse de un ser vivo tan longevo (los álamos suelen vivir entre 100 y 130 años) los tallos más antiguos vayan muriendo de manera natural, como parte de su ciclo de vida. Pero el problema es que están muriendo sin que haya una nueva generación que los reemplace.
La sequía y el ataque de plagas dificultan la supervivencia de los clones, pero el principal problema es el excesivo pastoreo por parte de la industria ganadera, que impide que crezcan los tallos nuevos reemplazando a los que van muriendo.
Soluciones para preservarlo
Los cuidadores locales indican que debido a la gran cantidad de ciervos y vacas que se alimentan actualmente de los brotes tiernos y jóvenes, el Pando está en peligro.
Si no se toman cartas en el asunto es posible que en una década el Pando se haya reducido de manera muy significativa, y si perdemos este bosque también alteraremos todo el ecosistema que depende de él.
Los especialistas indican que se está a tiempo de frenar y revertir esta lamentable situación, por ejemplo ampliando el vallado en determinadas zonas del bosque para aislarlo y protegerlo de los animales. Además, urge llegar a un acuerdo con la industria ganadera para que retiren ejemplares bovinos del área.