El lado B de la descarbonización: el impacto de la minería del litio
La producción de litio se dispara de la mano de las nuevas tecnologías. Nuestro país produce un cuarto del litio necesario para las baterías de autos eléctricos, smartphones, computadores portátiles, y similares. Su extracción implica un gran impacto a las comunidades afectadas.
A medida que el mundo avanza hacia los vehículos eléctricos y redes renovables como el reemplazo de la tecnología basada en los combustibles fósiles, la demanda de litio para la construcción de baterías está causando estragos en el norte de Chile, de acuerdo a lo reportado por The Guardian. Su informe ha intentado profundizar sobre el dilema que se plantea a la hora de avanzar en esta nueva tecnología con menor costo para el medio ambiente y el calentamiento global.
Todos conocemos el costo ambiental de los combustibles fósiles, pero poco se habla del costo que implica la extracción a escala de minerales como el litio, necesario para la construcción de baterías para vehículos eléctricos. The Guardian señala que las baterías de litio desempeñan un papel fundamental en esta transición tecnológica, ya que alimentan los automóviles eléctricos y almacenan energía en las redes renovables, ayudando a reducir las emisiones de los sectores del transporte y la energía.
En el norte del país se encuentra el salar de Atacama, en uno de los lugares más áridos del mundo. Allí también están las mayores reservas de litio del planeta, y hoy Chile aporta una cuarta parte del total al mercado mundial. Pero la extracción de este mineral tiene un gran coste medioambiental y social. Argentina y Bolivia también son dos grandes jugadores en el mercado de la extracción de litio.
La guerra que viene
Las dos principales multinacionales que están detrás de la explotación del litio son SQM y Albemarle que manejan instalaciones mineras que superan los 78 kilómetros cuadrados. El primer paso del proceso consiste en bombear a la superficie la salmuera que queda dispuesta en tanques de evaporación donde se logra un concentrado rico en litio. El gran punto que tiene un mayor impacto en la zona es que el proceso necesita enormes cantidades de agua en un entorno de por sí extremadamente seco. Y de algún lado extraerse esa masa de agua.
Como resultado, las 18 comunidades indígenas de la región tienen crecientes problemas para acceder al agua dulce que en esa zona del planeta cobra un valor altísimo por su escasez. También hay un impacto en los hábitat de flamencos andinos y otras especies que se han visto impactados por esta actividad.
El mismo informe señala que las lluvias, ya de por sí escuálidas en esa zona, han sido en los últimos años cada vez menores debido a una sequía prolongada sobre la que hay indicios de su relación con el cambio climático. Muchos cuestionan también el papel del estado chileno que no ha establecido una política concreta para evitar que este problema escale en el tiempo.
Preguntas incómodas
La investigación de The Guardian plantea una pregunta incómoda, ya que cuestiona si la lucha contra la crisis climática significa sacrificar comunidades y ecosistemas. El mundo está a las puertas de un boom mundial de la minería vinculado a la transición energética. Un reciente informe publicado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) afirma que el cumplimiento de los objetivos climáticos del Acuerdo de París dispararía la demanda de los "minerales críticos" utilizados para producir tecnologías energéticas limpias.
Las cifras son inquietantes para el caso de las materias primas utilizadas para la fabricación de vehículos eléctricos: para 2040, la AIE prevé que la demanda de litio se habrá multiplicado por 42 respecto a los niveles de 2020. Estos recursos se han convertido progresivamente en un nuevo foco de tensiones geopolíticas. La tensión entre actores como Estados Unidos, Europa, y China es evidente. Pero gran parte de los recursos necesarios están en países que están fuera de ese círculo. En el caso de Europa, es el norte de Portugal uno de los sitios en la mira para su explotación. Estados Unidos tiene sus reservas de litio en Nevada.
Como otras formas de minería, el uso intensivo de agua pone en riesgo a los ecosistemas y en muchos casos a la salud de las personas, que habitan áreas que podrían ver cambiar drásticamente su matriz de producción. Es muy complicado que otras actividades como la agricultura puedan coexistir sin mayores tensiones. El otro punto es qué beneficio quedaría para los países productores de esos recursos. Está claro que hay que descarbonizar a nuestro ambiente, porque los efectos se están potenciando rápidamente. Pero la pregunta subyacente es cómo hacerlo para evitar los costos sociales que pueda traer aparejado para comunidades que en muchos casos no se verán directamente beneficiadas por esa nueva tecnología.