El misterioso origen de la marraqueta: el pan más popular de Chile
Este pan tan presente en nuestras mesas, ha sido motivo de debate entre historiadores y amantes de la gastronomía por décadas. Te contamos algunos secretos detrás de este alimento tan querido
Cada mañana, miles de hogares en Chile se impregnan del rico aroma de una marraqueta bien tostada.
Este pan de corteza crujiente y miga suave es un elemento esencial en la dieta diaria de los chilenos. Sin embargo, su origen es tan crujiente como su corteza y tan suave como su miga, envuelto en historias que se entrelazan con la llegada de inmigrantes europeos al país.
¿Francés o español? El gran debate
Una de las teorías más populares sobre el origen de la marraqueta la vincula con la inmigración francesa a Chile a fines del siglo XIX.
Otra versión sugiere que fue un panadero español llamado Ambrosio Gómez quien, alrededor de 1810, comenzó a elaborar este pan en su panadería en Chile.
Según esta teoría, la marraqueta se conocía inicialmente como pan francés, debido a su estilo y método de preparación.
Un pan, múltiples nombres y variedades
La marraqueta no solo es un pan icónico en Chile, sino que también se disfruta en otras partes de Sudamérica, cada una con su toque distintivo.
En Chile, incluso dentro del mismo territorio, este pan recibe distintos nombres según la región.
En Valparaíso y Santiago se le llama marraqueta, pero en el sur del país, particularmente en Concepción, es más común que se refieran a ella como “pan batido.” Este nombre proviene de la técnica tradicional de batido intensivo de la masa, que le otorga su característica liviandad.
La ciencia detrás de la marraqueta
Además de los diferentes nombres que se le dan a este pan según la región, la marraqueta varía sutilmente en su sabor y textura dependiendo del agua y la harina utilizadas en cada zona.
Por ejemplo, en el norte de Chile, donde el agua tiene un mayor contenido mineral, el pan suele tener un sabor ligeramente más marcado.
En cambio, en las zonas costeras, la influencia de la humedad ambiental puede generar una corteza menos crocante si no se consume rápidamente.
A pesar de estas diferencias, lo que une a todas las versiones de la marraqueta es su valor simbólico como alimento cotidiano, accesible y versátil, capaz de adaptarse a cualquier comida del día, desde el desayuno con mantequilla y mermelada hasta el infaltable acompañamiento de una cazuela o un charquicán.
Así, la marraqueta sigue siendo el pan de cada día, uniendo a generaciones en torno a la mesa y perpetuando una tradición que, aunque envuelta en misterio, es profundamente sabrosa.
Fuentes y referencias de la noticia:
- Cocina chilena. Historia del pan marraqueta, una delicia andina. Publicado en la web Recetas de Chile. (2021).