El renacer de los destilados artesanales en la Patagonia Chilena: una tradición que combina historia y sabor

Desde los rincones más australes de Chile, destilerías como Aguafría y Archipiélago transforman desafíos en oportunidades, creando destilados que capturan la esencia de la Patagonia.

Lejos de ser una moda pasajera, estas destilerías están ganándose un lugar en las barras del mundo, demostrando que Chile no solo es tierra de vinos y pisco, sino también de destilados con identidad. ¿Lo mejor? Cada botella cuenta una historia que mezcla tradición, naturaleza y el espíritu rebelde del sur. Aquí te contamos más sobre dos de las protagonistas de este fenómeno.

Aguafría SpA: Innovación y sabor patagónico desde Purranque

En 2019, Sebastián Gómez y Daniel Vergara Levicán fundaron Aguafría SpA en Purranque, con la ambición de revolucionar el mundo de los destilados artesanales. Desde entonces, han capturado la esencia de la Patagonia en cada una de sus creaciones, fusionando tradición, innovación y sostenibilidad.

Su producto estrella, el Trakal, es un destilado que combina manzanas, peras y membrillos con hierbas y bayas locales, logrando un sabor que transporta directamente a los paisajes del sur de Chile. Su perfil único no ha pasado desapercibido, conquistando paladares exigentes en Estados Unidos y Europa.

Pero Aguafría no se detiene allí. Su creación más disruptiva, el "Manzo Cacho", rompe esquemas con su atrevido nombre y su sabor innovador. Este licor, una mezcla audaz de tradición y creatividad, refleja la pasión de la destilería por experimentar y sorprender.

La sostenibilidad también es un pilar fundamental en Aguafría. Su enfoque incluye el uso de materias primas locales y procesos respetuosos con el medioambiente, lo que refuerza su compromiso con la preservación de la naturaleza patagónica.

Destilería Archipiélago: el sabor auténtico de Chiloé

Desde 2020, en el corazón de Chiloé, Destilería Archipiélago ha logrado rescatar y reinterpretar los sabores únicos de la isla. Bajo la dirección de Guillermo Matus y Danitza Barría, esta destilería combina frutas patrimoniales, hierbas locales y técnicas sostenibles para crear destilados que llevan el alma de la tierra chilota en cada botella.

Entre sus creaciones más emblemáticas destaca el bitter de 23 hierbas, una compleja mezcla de ingredientes autóctonos como canelo, tepa y nalca, que aportan notas profundamente conectadas con la biodiversidad patagónica.

Pero, sin duda, una de las propuestas más intrigantes de la destilería es su destilado de salmón ahumado, un producto que desafía lo convencional y evoca las tradiciones gastronómicas del sur de Chile. Su sabor audaz no deja indiferente a nadie, siendo tanto una curiosidad como una declaración de la creatividad chilota.

Todas sus creaciones utilizan materias primas locales y son el resultado de estrechas relaciones con pequeños productores de la isla. Este enfoque no solo fomenta la economía circular de la región, sino que asegura que cada trago sea un tributo auténtico a los paisajes y a las personas de Chiloé.

Desafíos y oportunidades

Uno de los mayores obstáculos radica en la normativa. La regulación chilena, diseñada históricamente para grandes productores y categorías tradicionales como el vino y el pisco, no contempla adecuadamente las innovaciones del sector artesanal.

Esta ausencia de marcos regulatorios específicos no solo limita su comercialización, sino que también dificulta su posicionamiento en mercados internacionales, donde las denominaciones claras son fundamentales para competir.

Por otro lado, el turismo emerge como una de las grandes oportunidades para estas destilerías. Estas empresas tienen el potencial de convertirse en destinos en sí mismas, ofreciendo experiencias únicas que mezclan cultura, naturaleza y tradición.

Fuentes y referencias de la noticia:

- Diario Sustentable. Destilerías artesanales en la Norpatagonia chilena son motor de tradición, innovación y desarrollo económico. (2025).