El “Titanic de los Alpes” volverá a resurgir de las profundidades 90 años después de su naufragio
El Säntis recibió la desafortunada comparación con el Titanic por la forma en que ambos barcos se hundieron hasta morir. Aunque en su momento se tomó la desición de hundirlo, ahora lo harán reflotar por una curiosa razón.
Según la prensa de la época, el Säntis y el Titanic tenían grandes similitudes en la forma en que fueron construidos y en su trágico desenlace. Ambos eran lujosos e icónicos en la alta sociedad, tenían una rara máquina de vapor de tres cilindros y su final, entrando lentamente a su tumba con sus enormes popas saliendo del agua mientras se hundían y la bandera flameando en lo alto.
Pero hasta ahí llegan las similitudes, y mientras en Titanic seguirá descansando en el fondo del Atlántico como lo hace desde 1912, el Säntis volverá a resurgir de la profundidades en pocos días para regresar triunfalmente a la costa. ¿La razón? Que unos mejillones que invaden el lago desde 2016 están poniendo en peligro su conservación.
El Säntis y los mejillones invasores
El Säntis, que lleva el nombre de la montaña alpina, era un barco de vapor que navegaba por el Lago Constanza, ubicado entre Suiza, Alemania y Austria. Podía transportar hasta 400 pasajeros y pasó 40 años navegando.
Con una impresionante longitud de casi 50 metros, el barco siempre fue considerado un transporte confiable. Es más antiguo que el Titanic, ya que se puso en servicio hace 130 años, unos 20 años antes de que el Titanic se accidentara en su viaje inaugural.
Su declive comenzó cuando decidieron cambiar su motor a petróleo para modernizarlo. Fue hundido en mayo de 1933 debido a una gran crisis económica y a que ya no estaba en condiciones de navegar. “Hubo una gran crisis en 1933, y se llevaron todo lo que todavía podían usar, por ejemplo, quitaron toda la plataforma de madera porque podían quemar la madera para generar calor. También algunas puertas, por ejemplo, se encontraron en los sótanos de este pueblo”, explica Silvan Paganini, presidente de la Asociación de Salvamento de Buques.
Se encuentra a unos 210 metros de profundidad en el lago, del lado de la frontera suiza. Allí permaneció, en gran parte olvidado, hasta que un estudio submarino en 2013 descubrió la ubicación de los restos del naufragio. Este cuerpo de agua dulce posee muy poco oxígeno y mantuvo al barco en excelentes condiciones, tanto que hasta mantiene su pintura y se puede leer el nombre a un costado. Pero la asociación cree que el barco se encuentra en peligro de ser deteriorado por los mejillones Quagga que fueron descubiertos cubriendo una de sus chimeneas.
Esta especie invasora, que prolifera rápidamente como parte del ecosistema del fondo del lago, produce ácido que puede corroer el acero y el hierro de las embarcaciones, además de crear nubes de dióxido de carbono. Hasta el momento no se ha encontrado una forma para detenerlos, lo que obliga a los arqueólogos e historiadores a rescatar tantos barcos como sea posible antes de que los moluscos.
Rescate de las profundidades
Después de ser redescubierto en 2013, el rescate del Säntis se convirtió en un impresionante proyecto de financiación colectiva de £182.000 que busca elevar el barco a la superficie nuevamente.
Ship Salvage Association es la empresa que planea emplear bolsas elevadoras (globos subacuáticos llenos de aire) para llevar gradualmente a la superficie la embarcación. El levantamiento inicial será en marzo, y se elevará el Säntis hasta quedar a unos 12 metros de profundidad, y más tarde se seguirá con un ascenso final a la superficie programado para abril.
A continuación, el Säntis será restaurado en el cercano astillero de Romanshorn, donde ya fue renovado en 1898. Paganini dice que el plan es exhibir el barco en un museo en algún lugar de Suiza para mostrar “el tesoro que dejaron sus antepasados”.