El turismo de masas amenaza lugares únicos en el planeta
La actividad turística puede resultar sumamente rentable, pero también puede plantear una serie de problemas, especialmente en los lugares más visitados. ¡Descubre más sobre este tema con nosotros!
El turismo, a pesar de ser una actividad cada vez más importante en la economía mundial, también tiene algunos impactos negativos, en varios niveles. Para muchos países, el turismo es una de las actividades más importantes para la economía y la que más riqueza genera a lo largo del año. En el caso de Portugal, sus características naturales, climáticas y culturales atraen a miles de extranjeros de diferentes nacionalidades, entre ellos británicos, franceses, españoles, belgas, holandeses e italianos.
Además de valorar las tradiciones locales, promover la interculturalidad y la preocupación por la preservación del patrimonio natural, la actividad turística promueve la mejora de las infraestructuras, crea empleos directos e indirectos, además de impulsar otras actividades.
Desde el punto de vista de los puntos negativos, la actividad turística contribuye al aumento del precio del suelo y, en algunos casos, a la especulación inmobiliaria, genera desempleo estacional, provoca un uso excesivo de algunas infraestructuras y aumenta la presión sobre los recursos naturales (agua) y favorece la producción de desperdicio. Desde el punto de vista litoral, asociado al turismo de playa, se puede encontrar una ocupación excesiva del litoral, construcciones en zonas de riesgo y destrucción de dunas y cordones dunares.
Lugares amenazados y el turismo sostenible
Algunos lugares y paisajes, únicos en nuestro planeta, han sufrido los impactos negativos del turismo, principalmente del turismo de masas, caracterizado por “atraer” miles de visitantes por día o por semana a un determinado lugar. Algunos países europeos, como Francia, Países Bajos o Italia, ya han tomado medidas para mitigar los impactos de la actividad turística en el territorio.
Algunos paisajes naturales, como dos de las montañas más altas del planeta, el Everest y el K2, son “invadidos” cada año por cientos de escaladores aficionados que se aventuran (y provocan atascos) en los puntos de acceso a zonas de mayor altitud.
Ciertos puntos de interés turístico (y arqueológico), como la ciudad de Petra, situada en el desierto del suroeste de Jordania, son visitados por miles de turistas al mismo tiempo, algo que supone una gran presión sobre las infraestructuras.
Se debe buscar un equilibrio entre el crecimiento del turismo y el uso de los recursos naturales, se deben preservar los procesos ecológicos y la biodiversidad, además de centrarse en valorar el medioambiente y el patrimonio cultural. Sólo invirtiendo en este tipo de turismo es posible promover la preservación de los puntos de interés.