El verano en Chile y el posible impacto de La Niña: ¿Qué esperar de esta temporada?
Las aguas superficiales en el Pacífico ecuatorial continúan bajo una condición neutra, La niña se resiste a parecer, aunque los últimos pronósticos la sitúan con probabilidades de surgir en los meses venideros, influyendo posiblemente en el verano que ya emerge.
Sin dudas que, sin haber estado presente aún, el fenómeno de La Niña ha tenido muchísimo protagonismo durante la segunda mitad del año 2024. Aunque este evento, el cual se caracteriza por el enfriamiento de las aguas superficiales en el Océano Pacífico con importantes repercusiones en el clima a nivel continental, todavía no se manifiesta, sí ha estado permanentemente en los últimos meses en la mira de los meteorólogos y científicos debido a que los modelos lo han estado anunciando de forma recurrente y algo de antojadiza se ha tornado su ausencia.
En días recientes se han dado a conocer las proyecciones de instituciones como la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) y el International Research Institute for Climate and Society (IRI), las cuales se dedican de manera constante al seguimiento y pronóstico de dicho fenómeno, el cual, a muy poco de concluir diciembre y cerrando las puertas del año 2024, todavía no asoma, mientras las aguas del Pacifico ecuatorial se mantienen con una condición neutra desde hace ya varios meses.
¿Qué podemos esperar para los meses venideros?
Las últimas estimaciones que emitió el Centro de Predicciones Climáticas (CPC) de la NOAA el pasado 12 de diciembre resultan muy similares a las proyecciones anteriores publicadas en noviembre.
De tal manera que, en esta ocasión, se considera que es más probable que La Niña emerja en el periodo noviembre 2024 - enero 2025 (59% de probabilidad), con presumible transición a El Niño Oscilación del Sur (ENSO) neutral para marzo-mayo 2025 (61% de probabilidad), por lo que continúan predominando en una fase neutra las temperaturas superficiales del océano.
Es importante recordar que para que esté considerada la aparición de La Niña, la cual corresponde a la fase fría de El niño (ENSO), las aguas de la superficie marina deben tener una condición negativa de sus anomalías, por debajo de 1,5°C respecto del promedio climatológico.
Por ahora, este comportamiento, el cual se viene anunciando desde hace ya algún tiempo, sigue manteniéndose retrasado y es muy probable que, en caso de llegar, será un evento débil y de corta duración.
La influencia de La Niña en el verano austral
A pesar de que la presencia de La Niña no se hace una realidad, los valores de las temperaturas en la superficie marina se encuentran muy cerca de los umbrales necesarios para que sea declarada.
En caso de que esto ocurra para Chile, el evento climático generalmente está asociado a menos precipitaciones, inviernos más fríos y veranos menos calurosos, de modo que, si esto se concretara, este verano las temperaturas podrían tener cierta moderación en la zona central, la cual nos haría escapar de algunas olas de calor.
Sin embargo, existe también una probabilidad de que las condiciones neutras se mantengan algo más de tiempo y los cambios que genera La Niña, a su vez, no se reflejen en el clima mundial.
Además, la posible llegada de este evento podría inducir una disminución de las precipitaciones en las regiones del sur, provocando que aumenten las probabilidades de incendios forestales y, de manera contraria, potenciar el invierno altiplánico en zonas del norte chileno. Sin embargo, las implicaciones de La Niña dependerán de su duración, intensidad y permanencia.