En el radar de la salud pública: nuevo caso de meningitis en Chile llama a estar alerta e informados

Aunque es menos común que otras aflicciones, su potencial devastador nos recuerda la importancia de comprender sus orígenes, reconocer sus señales y, sobre todo, cómo mantenerla a raya.

Meningitis
La meningitis es una enfermedad infecciosa que puede ser grave y se propaga a través de la exposición a las secreciones respiratorias y orales de una persona infectada.

El pasado 16 de octubre, la Secretaría Regional Ministerial de Salud de la Región de Tarapacá informó sobre un caso aislado de meningitis meningocócica en la localidad de Pozo Almonte.

En el comunicado publicado en medios como Soychile, se llama a la comunidad a la calma, mantenerse informados a través de canales oficiales y se enfatiza en que “se han tomado todas las medidas necesarias para la identificación de los contactos y la entrega del tratamiento preventivo, el cual permite abordar esta situación”.

Aunque su tasa de incidencia es baja, esta enfermedad infecciosa mantiene a las autoridades de salud en constante alerta cada vez que aparece un nuevo caso.

La meningitis es una inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, es una enfermedad que, si no se trata a tiempo, puede tener consecuencias devastadoras.

Desenmascarando las causas y variantes de la meningitis

Las raíces de la meningitis son diversas, con infecciones virales y bacterianas liderando el escenario.

Datos del Ministerio de Salud (Minsal) explican que existen tres tipos de meningitis:

  • Meningitis Meningocócica, producida por la bacteria Neisseria meningitidis (o meningococo) que infecta las membranas del cerebro y su principal vía de contagio es a través de gotitas y secreciones de las vías nasales y faringe.
  • Meningitis por Haemophilus influenzae b, causada por la bacteria del mismo nombre (no debe confundirse con la enfermedad de influenza) y que afecta a niños de 2 meses a 5 años de edad. Su comienzo puede ser repentino o lento y es común que se presente confusión progresiva o coma.

  • Meningitis Viral o Aséptica, que puede ser causada por virus, hongos u otros organismos. Sus síntomas y vías de contagios son similares a la meningocócica.

En cualquiera de los tres casos es necesario actuar lo antes posible, así lo destacan desde el Minsal:

“Estos agentes provocan síntomas muchas veces similares y diferentes grados de recuperación. Esta enfermedad siempre requiere un tratamiento rápido, por la velocidad de su evolución y la posibilidad de secuelas o de muerte”.

Síntomas reveladores y la carrera contra el tiempo

Queda claro que es una enfermedad que avanza rápido, y por ende debemos conocer cómo se manifiesta en nuestro cuerpo.

Información de la Organización Mundial de la Salud (OMS) detallan los principales “signos” a tener en cuenta y que podrían delatar una infección por agentes causantes de meningitis. Los más frecuentes son:

  • rigidez de nuca;
  • fiebre;
  • confusión o alteración del estado mental;
  • cefaleas;
  • náuseas y vómitos.

Es fundamental reconocer estos síntomas y actuar rápido. Sí, es necesario insistir en este punto.

Síntomas de la meningitis
Otros síntomas menos frecuentes son: convulsiones, coma y deficiencias neurológicas (por ejemplo, pérdida de audición o visión, deterioro cognitivo o debilidad de las extremidades).

El doctor Ernesto Payá González, presidente de la Sociedad Chilena de Infectología (Sochinf), enfatiza en que “toda persona que presente fiebre y dolor de cabeza que impresione como no habitual debe consultar a un servicio de salud. Es responsabilidad del médico tratante aplicar los criterios claramente establecidos para clasificar el caso como sospechoso de enfermedad meningocócica o meningitis bacteriana aguda y actuar en consecuencia como está claramente establecido en guías y normas ministeriales”.

El “duelo” en el frente médico: tratamiento y prevención

Respecto a las medida preventivas, el doctor Payá explica que “en primer lugar es necesario notificar los casos sospechosos a la autoridad sanitaria la que tomará las medidas que correspondan y que estén avaladas por la evidencia; estas pueden incluir aislamiento de los casos, tratamiento efectivo o indicación de medicamentos a las personas consideradas contacto.”

La prevención, sin duda, es la mejor ofensiva. Aquí es donde la vacunación se alza como el escudo más confiable.

El Minsal hace algunas recomendaciones para mantener a raya a la meningitis:

  • mantener un buen estado de salud;
  • mantener un buen estado de higiene bucal y personal;
  • mantener una buena higiene del hogar;
  • lavarse las manos frecuentemente, cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar;
  • evitar el intercambio de saliva a través de chupetes, mamaderas, juguetes u otros utensilios que los niños se lleven a la boca;
  • ventilar diariamente la ropa de cama y las habitaciones;
  • mantener una temperatura corporal adecuada, evitando enfriamientos y resfríos;
  • Evitar permanecer en lugares hacinados y mal ventilados.

Como es el caso de muchas enfermedades infecciosas, las vacunas son la herramienta más poderosa para evitar contagios. Actualmente y tal como lo especifica la OMS, existen vacunas autorizadas contra las meningitis meningocócica, neumocócica y por Haemophilus influenzae.

En Chile son parte del calendario de vacunación, que este año incorporó a menores de dos y cuatro meses, según lo informó el Minsal.

El presidente de la Sochinf, Ernesto Payá explicó que “las estrategias de vacunación se definen por los grupos más expuestos a padecer la enfermedad pero no se limitan sólo a ellos. En el caso de Chile son los menores de un año y los mayores de 65. Cualquier persona puede vacunarse a cualquier edad”.

La meningitis es una “enemiga astuta” que no subestima a nadie. Estar informados sobre sus causas, síntomas y medidas de prevención es fundamental para proteger nuestra salud y la de nuestros seres queridos.