En Meteored despedimos a Eugenia Kalnay, la mejor meteoróloga del mundo
Eugenia Kalnay se formó en la Universidad de Buenos Aires, pero luego de la noche de los bastones largos se radicó en Estados Unidos. Sus descubrimientos hicieron posibles los modelos meteorológicos tal como los conocemos hoy en día. Se ha ido una de las grandes meteorólogas del mundo, y era argentina.
Esta semana ha fallecido Eugenia Kalnay. Su partida es una noticia muy triste para la comunidad meteorológica, y en Meteored queremos recordarla por su trayectoria y su papel en la meteorología tal como la conocemos hoy. Primero es importante contar los detalles de su carrera. Eugenia estudió meteorología en la Universidad de Buenos Aires, una universidad pública. Se graduó en la Facultad de Exactas y Naturales en el año 1965. Un año después, durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, y luego de la trágica noche de los bastones largos, decidió irse del país.
Tal como indicó Celeste Saulo, Secretaria General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en un posteo en redes sociales, “nunca dejó de reconocer el privilegio de haberse formado en la Universidad de Buenos Aires, una universidad pública y gratuita. La educación y la ciencia son herramientas para la transformación”. Eugenia Kalnay fue la primera mujer en doctorarse en meteorología en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Radicada en Estados Unidos, trabajó en la NASA y fue directora del Environmental Modeling Center (EMC) de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos.
Uno de los momentos culminantes de su carrera profesional fue en 2009 cuando la OMM la distinguió como la "mejor meteoróloga del mundo" por sus contribuciones en el campo de la climatología. Esa noticia escaló a nivel global, al punto que medios como la BBC le dedicaron un espacio. Mirada en perspectiva, su aporte ha resultado fundamental para el pronóstico del tiempo tal como hoy lo conocemos. Gran parte de su trabajo ayudó al modelado atmosférico usado para el pronóstico operacional. Su trabajo hizo aportes esenciales al pronósticos por conjuntos (ensembles) que hoy en día es esencial en el trabajo de quienes desarrollan pronóstico meteorológico.
Su visión de la realidad
Quien escribe esta nota tuvo la oportunidad de visitarla en su casa de Greenbelt, en Massachusetts, su lugar en el mundo. Era una persona abierta, solidaria y muy apasionada de lo que hacía.
En aquel momento, Eugenia colaboró con un extenso trabajo que fue publicado en We Are Climate. Allí aparecen los temas que le preocupaban. Cómo el ser humano estaba en una carrera que ella creía insostenible en el tiempo, con grandes repercusiones en el sistema atmosférico.
Ella señalaba que desde 2010 la humanidad consumía una vez y media la producción del planeta. Consultada sobre qué porcentaje del cambio climático puede asociarse al comportamiento humano, Eugenia respondía: “Los fenómenos meteorológicos extremos, como una tormenta de nieve o una ola de calor récord, pueden producirse tanto por la variabilidad natural como por el impacto acumulado del ser humano, de modo que no pueden atribuirse por completo al ser humano”.
Pero agregaba: “así, los fenómenos meteorológicos individuales que baten récords pueden deberse en una mitad a los humanos y en la otra mitad a la variabilidad natural. Pero las grandes tendencias de las medias globales, que muestran la temperatura media global desde 1880, sólo pueden atribuirse al impacto humano porque son mucho más rápidas que cualquier cambio climático visto anteriormente. Así pues, en lo que respecta al cambio climático a gran escala, yo diría que esencialmente el 100 % se debe al ser humano”.
Una trayectoria que nunca olvidó a Argentina
Eugenia Kalnay enseño e hizo trabajo de investigación en la Universidad de Oklahoma, y en la Universidad de Maryland, donde dirigió el Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos. Ella logró desarrollar técnicas que han permitido que los modelos meteorológicos generen buenos resultados para el pronóstico a más días. Pero siempre estuvo en contacto con Argentina. Hablar con ella inexorablemente llevaba a analizar lo que ocurría en el país, y en la ciencia especialmente.
Siempre estuvo en contacto con la Universidad de Buenos Aires. Dirigió tesis de investigadores y dio cursos. También trabajo en estudios sobre los cambios en las lluvias y las temperaturas de la Argentina junto con otros colegas. Otro punto importante en su carrera ocurrió el 30 de octubre de 2008, fecha en que la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales le entregó el título de Doctora honoris causa.
Muchos de sus trabajos ayudan hoy a otros tantos investigadores a mejorar los conocimientos sobre la atmósfera. Eugenia no fue una meteoróloga más, porque más allá de todo ha sido una gran persona. Es por eso, y por sus aportes a la ciencia que en estos días las redes sociales se llenaron de reconocimientos en muchos idiomas.
Desde Meteored le decimos adiós a Eugenia, despedimos a la mejor meteoróloga del mundo, pero la recordaremos en cada pronóstico que hagamos, en cada carta que analicemos, porque allí siempre estarán sus logros.