¿En qué consiste esta revolucionaria técnica francesa para luchar contra el calentamiento global?
Después de un preocupante descenso, los setos trenzados están regresando considerablemente a la campiña de Morvan, en la región central de Francia. Esta revolucionaria técnica no es nueva, sin embargo… ¿Cuáles son sus beneficios y por qué es fundamental ante el calentamiento global?
En Francia, más de la mitad de los setos han sido arrasados entre principios del siglo XX y la actualidad. En Borgoña-Franco Condado, es el 42%, pero en Morvan, ¡una técnica ancestral regresa inesperadamente! Se trata de setos tejidos, un patrimonio local y natural muy útil para el desarrollo sostenible y contra el calentamiento global
¡Gracias Julio César!
Con el desarrollo de la agricultura intensiva, los setos que florecían desaparecieron gradualmente de los paisajes franceses, especialmente en el Morvan, donde avellanos, carpes y fresnos se alineaban alegremente desde la postguerra. La aparición de las alambradas de púas pero también la ampliación de las parcelas cultivables provocaron este triste declive. El obstáculo obstaculizaba al tractor, tenía que desaparecer...
Sin embargo, consciente de la utilidad de estos setos, el gobierno lanzó el pasado mes de septiembre un plan de ayuda de 110 millones de euros para la replantación de setos: el objetivo es ganar 50.000 km plantando pero también preservando los existentes. Hoy en día, en Francia sólo quedan 750.000 km de setos, frente a los 2 millones de principios del siglo XX.
En el Parque Natural Regional de Morvan, sin embargo, no fue hasta 2009 cuando se produjo esta toma de conciencia, con el regreso de una técnica ancestral: los setos trenzados. La acción de doblar árboles para formar un seto se remonta a la época romana; Julio César también la consideraba una barrera "infranqueable", en el año 57 aC. Hoy en día, el parque de Morvan forma gratuitamente a quienes deseen colocar estos setos tejidos en su terreno.
¡Un escudo contra el cambio climático!
¿Cómo conseguir un seto trenzado? La técnica sigue siendo bastante delicada: hay que cortar, incidir la base de la rama o del tronco de un arbusto, luego tumbarlo y colocarlo entre estacas, plantadas en línea para formar un seto. Si la incisión se realiza correctamente, sin dañar la planta, el arbusto reanudará su crecimiento en primavera, ya no en altura sino a lo largo del seto.
Cada vez más habitantes "neorrurales" adoptan esta técnica en el bocage de Borgoña-Franco Condado, ya que estas plantas trenzadas forman parte del patrimonio local y son muy útiles para el desarrollo sostenible. Muchos agricultores aún no conocen la utilidad de estos setos, que se mantienen respetando la naturaleza y sin productos fitosanitarios. Abandonar los setos clásicos será difícil.
Sin embargo, los setos trenzados son verdaderas defensas contra el calentamiento global. Son a la vez reservas de agua y refugios de biodiversidad (tanto de fauna como de flora), pero también sumideros de carbono, incluso más que los bosques. Por último, rompen el viento y son también una barrera contra las olas de calor: con la sombra que ofrecen, "limitan la evapotranspiración", lo que protege a los rebaños, que son menos productivos por encima de los 25 grados.