¿Es necesario que te compres un auto, Perico? Buscando el balance entre la movilidad y el buen vivir
Nadie puede negar el servicio que prestan los automóviles, pero tampoco se puede ser indiferente ante ese parque automotriz que circula por las calles y que perfectamente no podría hacerlo, sin afectar mayormente a sus propietarios. ¿Será posible reducir el uso?
En Chile circulan más de 6.120.000 automóviles, es decir, hay un transporte motorizado por cada 3 habitantes en el país aproximadamente. Esta cifra representa un aumento del 9,4% con respecto al parque automotriz existente antes de la pandemia.
La pregunta es ¿cada persona usuaria de algún automóvil particular lo necesita realmente? En realidad es la consulta que cada uno de nosotros debe responder cuando adquiere cualquier producto, no solo por un auto.
Los vehículos motorizados son muy contaminantes y qué decir, su cadena de fabricación, traslado y posteriores deshechos. Por eso, no utilizarlo ayuda a mejorar la calidad de vida en las ciudades.
Para incentivar la utilización de medios de transporte no contaminantes o el público es que durante el último viernes de cada septiembre se concreta el Día Nacional Sin Automóvil en Chile.
Sin auto, Perico
A partir de 1978, y por varios años en la televisión chilena, vio a un galán enamorado llegando en bicicleta a la casa de su amada, Ismenia, mientras en su trayecto le gritan “cómprate un auto, Perico”.
Este fue un icónico comercial que da cuenta de la fiebre consumista que vivía (vive) el país, en dónde estaban (estamos) dispuestos a endeudarnos con tal de evitar las burlas de la gente.
“En el contexto del cambio climático resulta urgente desincentivar el uso del automóvil a partir de la planificación urbana, dado que los autos generan alrededor de un quinto de las emisiones de dióxido de carbono (CO₂)”, sostiene Marie Geraldine Herrmann, académica del Departamento de Urbanismo de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.
Depredadores de vida en las ciudades
“Otras desventajas de los autos son que producen mucho ruido, lo cual genera estrés y afecta el bienestar mental de las personas y circular a velocidades altas, puede generar accidentes fatales (en 2022 hubo 86.050 siniestros de tránsito en Chile con 1.745 personas fallecidas)”, agrega el especialista.
Por su parte, Rodrigo Mora, profesor de esta misma unidad académica, añade que es lógico cambiar el transporte para reducir las emisiones por dos razones: “una es medioambiental, que tiene que ver con la reducción de gases de efecto invernadero, y otra tendría que ver con la vitalidad urbana”.
“El auto en general, es depredador de la vida en las ciudades. Hace que estas sean poco vivibles para las personas, con calles peligrosas porque es ineficiente en la cantidad de espacio que ocupa para la gente que se transporta”, dice el especialista en movilidad sustentable.
Planificar sin autos
La profesora Marie Geraldine Herrmann sostiene que “debemos desincentivar el uso del automóvil. Debemos pasar de un diseño de calles centradas en el automóvil a uno inclusivo para todas las personas con énfasis en el transporte público, la caminata y los ciclos”.
“Los mecanismos para desincentivar el uso del automóvil son varios, e incluyen pagar peajes de circulación y tarificación vial. Otro mecanismo es reducir los estacionamientos”, detalla la académica.
En esta misma línea, Rodrigo Mora, señala que “lo que se debe hacer es aumentar la cantidad de ciclovías, transporte público y veredas. No estamos hablando solo de ciclovías, la movilidad activa tiene que incorporar transporte público, ciclovías y caminatas, porque son los medios más eficientes desde el punto de vista del uso del espacio”.