El cambio climático provocaría una nueva extinción marina masiva
El aumento de la temperatura, la acidificación del agua, la contaminación, y otros efectos del cambio climático, amenazan con provocar un proceso de extinción de vida marina para el 2300, comparable al ocurrido hace 250 millones de años.
La última vez que la Tierra se enfrentó a una extinción masiva fue en el período Cretácico, cuando un meteorito, en lo que ahora es la península de Yucatán, ocasionó la extinción de los dinosaurios. Sesenta y cinco millones de años después, el ser humano podría ser testigo y causante de una nueva extinción masiva, pero esta vez en los océanos.
Esto podría ocurrir si no tomamos medidas para frenar el cambio climático de manera drástica y rápida. El aumento de la concentración de gases de efecto invernadero antropogénico que calienta los océanos y agota su oxígeno, sumado a la destrucción de los hábitats, la sobrepesca y la contaminación costera, acabarán con la vida marina para el 2300. Así lo indica un estudio realizado por científicos de las universidades de Washington y Princeton de Estados Unidos, cuyos resultados han sido publicados a fines de abril en la revista Science.
Estamos a camino de una extinción como la del Pérmico
Pese a que el impacto del clima en la vida oceánica es difícil de observar, el estudio ha considerado el registro fósil de episodios anteriores de extinción masiva, causados por cambios ambientales globales.
A partir de aquello, la investigación ocupó un modelo que calcula los límites fisiológicos de una especie según las previsiones de temperatura y oxígeno marinos, donde Justin Penn y Curtis Deutsch, autores del estudio, evaluaron el riesgo de extinción de las especies oceánicas en distintos escenarios de calentamiento climático.
Compararon su modelo con la magnitud de las extinciones pasadas, concluyendo que, si el aumento de la temperatura global no cambia, es probable que los ecosistemas marinos de todo el planeta sufran extinciones similares a la de finales del Pérmico, llamado La Gran Mortandad, que tuvo lugar hace unos 250 millones de años.
Si nos situamos en los peores escenarios de emisiones, las pérdidas estarían a la par de las cinco peores extinciones masivas en la historia de la Tierra, algo que no debemos permitir.
Temperatura del mar y cantidad de oxígeno van de la mano
La temperatura del agua y la disponibilidad de oxígeno son dos factores clave que cambiarán a medida que el clima se caliente, debido a la actividad humana. El agua más cálida es en sí mismo un factor de riesgo para las especies que están adaptadas a climas más fríos. El agua cálida también contiene menos oxígeno que el agua más fría, lo que conduce a una circulación oceánica más lenta que reduce el suministro de oxígeno en profundidad.
Paradójicamente, las tasas metabólicas de las especies aumentan con la temperatura del agua, por lo que la demanda de oxígeno aumenta a medida que disminuye el suministro. "Una vez que el suministro de oxígeno se queda corto para lo que necesitan las especies, esperamos ver pérdidas sustanciales", destaca Justin Penn.
El océano ecuatorial, sin embargo, ya es muy cálido y tiene poco oxígeno por lo que los aumentos adicionales de la temperatura, y la consiguiente disminución del oxígeno, podrían hacerlo inhabitable para muchas especies.
Lo más probable es que los océanos tropicales sean los que más especies pierdan con el cambio climático, aunque muchas de ellas migrarán a latitudes más altas, en busca de condiciones más favorables para sobrevivir. Las especies polares, sin embargo, podrían extinguirse, ya que sus hábitats desaparecerán por completo del planeta.