Grietas en el antiguo barro marciano sorprenden al equipo del Curiosity
Un artículo reciente publicado en la revista científica Nature explica en detalle cómo el característico patrón hexagonal de las grietas de lodo ofrece la primera evidencia de los ciclos húmedos y secos que ocurrieron en Marte primitivo.
Los científicos no están completamente seguros de cómo comenzó la vida en la Tierra, pero una teoría predominante postula que los ciclos constantes de humedad y sequedad en los suelos, ayudaron a formar los complejos componentes químicos necesarios para que exista la vida microbiana. Es por eso que el descubrimiento de un mosaico bien conservado de antiguas grietas de barro es tan emocionante para el equipo del Mars Curiosity Rover de la NASA.
"Estas grietas de lodo, en particular, se forman cuando las condiciones húmedas y secas ocurren repetidamente, tal vez estacionalmente", dijo el autor principal William Rapin, del Instituto de Investigación en Astrofísica y Planetología de Francia.
La posible formación de estas grietas
El Curiosity asciende gradualmente a través de las capas sedimentarias del monte Sharp, que se encuentra a cinco kilómetros de altura en el cráter Gale. El rover detectó grietas de lodo en 2021 después de perforar una muestra de un objetivo de roca denominado "Pontours", que se encontraba en una zona de transición entre una capa rica en arcilla y una superior, enriquecida con minerales salados llamados sulfato
Si bien los minerales arcillosos generalmente se forman en el agua, los sulfatos tienden a formarse a medida que el agua se seca. Los minerales predominantes en cada zona reflejan diferentes épocas en la historia del cráter Gale. La zona de transición entre ellos proporciona un registro de un período en el que se hicieron frecuentes largos períodos de sequía y los lagos y ríos que alguna vez llenaron el cráter comenzaron a retroceder.
A medida que el lodo se seca, se encoge y se fractura en juntas en forma de T, que Curiosity descubrió previamente en "Old Soaker", un conjunto de grietas de lodo más abajo del Monte Sharp. Estas juntas son prueba de que el lodo Old Soaker se formó y secó, mientras que las exposiciones periódicas al agua que crearon el lodo Pontours, hicieron que las juntas en forma de T se suavizaran y adquirieran forma de Y, formando finalmente un patrón hexagonal.
Las fisuras hexagonales en la zona de transición continuaron formándose incluso con la deposición de nuevos sedimentos, lo que indica que las condiciones húmedas y secas se mantuvieron durante largos períodos de tiempo. ChemCam, el instrumento láser de precisión de Curiosity, confirmó la existencia de una costra dura de sulfato a lo largo de los bordes de las grietas, lo que no es muy sorprendente dada la proximidad de la región de sulfato. La costra de sal es lo que hizo que las grietas de lodo fueran resistentes a la erosión, preservándolas durante miles de millones de años.
Las condiciones adecuadas
"Esta es la primera evidencia tangible de que el antiguo clima de Marte tenía ciclos húmedos y secos tan regulares como los de la Tierra", dijo Rapin. "Pero aún más importante, es el hecho de que los ciclos húmedo y seco son útiles, tal vez incluso necesarios, para la evolución molecular que podría conducir a la vida".
Si bien el agua es esencial para la vida, se necesita un cuidadoso equilibrio: ni demasiada ni muy poca agua. Los tipos de condiciones que sustentan la vida microbiana (aquellas que permiten que un lago tenga una vida larga, por ejemplo) no son las mismas que las que los científicos creen que son necesarias para promover reacciones químicas que podrían conducir a la vida.
Un producto clave de estas reacciones químicas son las largas cadenas de moléculas basadas en carbono llamadas polímeros, incluidos los ácidos nucleicos, que son las moléculas que se consideran los componentes químicos básicos de la vida tal como la conocemos.
El descubrimiento de las fisuras fangosas de Pontours puede haber brindado a los científicos la primera oportunidad de estudiar los restos de posible vida. Las placas tectónicas de la Tierra reciclan constantemente su superficie, enterrando muestras de su historia prebiótica. Marte no tiene placas tectónicas, por lo que se han conservado períodos mucho más antiguos de la historia de este planeta.
"Somos muy afortunados de tener cerca un planeta como Marte, que aún conserva la memoria de los procesos naturales que pudieron haber llevado al origen de la vida", afirmó Rapin.