"Hemisferio Pacífico" se enfría más rápido que el resto del planeta
Sabemos que el interior de la Tierra se está enfriando, pero un reciente estudio explica que no lo hace de manera homogénea. Te contamos por qué el “Hemisferio Pacífico” se enfría más rápido que el “Hemisferio Africano”.
Un grupo de científicos de la Universidad de Oslo, Noruega, llegó a la conclusión de que una mitad de la Tierra se está enfriando más rápido que la otra. En el trabajo de investigación publicado recientemente por la revista científica Geophysical Research Letters, explican con la ayuda de modelos computacionales cómo se han movido los continentes y las placas oceánicas durante los últimos 400 millones de años, y cómo con esa información se puede calcular la pérdida de calor de nuestro planeta.
“Hemisferio Pacífico” y “Hemisferio Africano”
Los científicos y coautores de este trabajo: Krister Karlsen, Clinton Conrad , Mathew Domeier y Reidar Trønnes, dividieron a la Tierra en dos partes o mantos a las que llamaron "Hemisferio Pacífico" y "Hemisferio Africano". La mayoría de los continentes de la Tierra se encuentran en el llamado hemisferio africano, y ha sido así en el tiempo (incluso en mayor medida antes que ahora). Por otro lado, el interior terrestre del hemisferio que coincide con el Océano Pacífico, es el que ha perdido calor más rápido -comparado a la otra mitad del planeta- durante los últimos 400 millones de años.
El trabajo sugiere un enfriamiento más rápido y sostenido del hemisferio del Pacífico frente al de su contraparte africana para ese periodo. Los investigadores reconstruyeron las pérdidas de calor en los dos hemisferios, y pudieron estimar que el manto del hemisferio Pacífico se ha enfriado unos 50 K más que el hemisferio africano en ese periodo.
El balance de calor de la Tierra
La temperatura de la Tierra aumenta hacia el interior de nuestro planeta, desde una media global en superficie de 15 ºC hasta más de 5.000 ºC en el núcleo interno. El calor en el interior de la Tierra proviene de la descomposición de elementos radiactivos, y en parte de las colisiones entre los asteroides que formaron nuestro planeta.
Las placas tectónicas se han movido durante millones de años, y eso podría haber generado una pérdida de calor homogénea en el globo, pero los científicos aseguran que esto no fue así en los últimos 400 millones de años.
Los especialistas aseguran que el balance de calor de la Tierra está fuertemente influenciado por variaciones espaciales y temporales en el flujo de calor superficial, causado por los ciclos de placas tectónicas. El interior del planeta se enfría de forma lenta pero continua, simplemente porque se libera más calor a través de la superficie del que se produce en el interior.
Aunque sus cálculos sugieren que el hemisferio Pacífico se ha estado enfriando a un ritmo mayor, esto no significa necesariamente que actualmente esté más frío que el hemisferio africano. El flujo de calor actualmente más alto en el Pacífico, puede ser la manifestación de un manto más caliente debajo de él (según Brandl et al., 2013 ; Dalton et al., 2014).
Los científicos de la Universidad de Oslo explican que, dadas las tasas de enfriamiento (que se muestran en el Gráfico 1b.), esto implicaría que el Pacífico ha estado más caliente durante más de 400 millones de años, y sigue siéndolo, a pesar de su enfriamiento más rápido.
Hablemos de Pangea
Entre el final de la era Paleozoica y comienzos de la era Mesozoica la mayor parte de las tierras emergidas del planeta se agruparon en un supercontinente conocido como Pangea, producto del movimiento de las placas tectónicas; se cree que su forma original era una masa de tierra con forma de "U" o de "C" distribuida a través del ecuador, y África era su centro.
El autor principal del trabajo, K. Karlsen, explica que dada esa disposición de las tierras emergidas, entonces el “hemisferio Pacífico” estaba desprovisto de continentes, y por lo tanto existía una gran pérdida de calor allí.
Por lo que sabemos, desde hace unos 175 millones de años que Pangea comenzó a fracturarse y a dispersarse, hasta alcanzar la posición actual de los distintos continentes. La Tierra es un planeta dinámico y tiene una fuente de energía interna, la cual procede de la radiactividad de isótopos que se encuentran en el manto y el núcleo terrestre. Esto genera corrientes en el manto por debajo de la corteza terrestre, y los contrastes de calor generan corrientes de convección, capaces de producir el movimiento de continentes y océanos.
Por supuesto, este proceso de dispersión entre continentes continúa en la actualidad, se mueven tan lentamente que es imperceptible para la escala humana, pero gracias a las nuevas técnicas se puede calcular que lo hacen entre unos 5 a 7 centímetros por año.