La huella del COVID-19 en el Día del Sobregiro
La humanidad consume los recursos del planeta más rápido de lo que se pueden renovar. Este año no fue diferente. La buena noticia es que, contra toda tendencia mundial, el Día del Sobregiro llegó después de lo esperado.
El planeta tiene un límite de capacidad con relación a los recursos biológicos que produce o se renuevan todo año, y el tiempo que tomamos para "gastar" todos estos recursos es lo que denominamos de Día del Sobregiro, que en 2020 fue calculado como siendo el 22 de agosto.
Desde 1970, el Día del Sobregiro -o Overshoot Day como también se conoce en inglés- ha presentado una tendencia negativa, o sea, en promedio tomamos menos tiempo para gastar todo lo que la Tierra puede producir de recursos. Este año, con la pausa obligatoria que el planeta nos exigió dar, este día llegó después de lo que la tendencia preveía.
Con relación al año pasado, este 2020 demoramos más tres semanas en llegar al límite del planeta, y en gran parte se debe a la reducción de nuestras actividades por efecto de las cuarentenas, para tratar de controlar el avance de la pandemia del COVID-19 en el mundo.
Este año fuimos testigos de la real capacidad que tenemos en la reducción de las emisiones por efecto del transporte, cuando grandes ciudades debieron parar y sus niveles de contaminación se redujeron de forma drástica, retornando por muchas semanas el aire, relativamente, más limpio.
Según la organización internacional Global Footprint Network, lo que más influenció en esta diferencia con relación al 2019 fue la disminución en la huella de carbono y la huella de productos forestales, que según indican, fueron reducidos en 14,5% y 8,4%. Aún así, continuamos consumiendo el equivalente a 1,6 veces el recurso de nuestro planeta.
¿Cuál será la realidad post pandemia?
Nos queda cuestionarnos sobre lo que vendrá cuando se logré una vacuna eficaz, y se controle la diseminación del coronavirus que ha acabado con más de 750 mil vidas alrededor del mundo, en menos de un año.
Con la pandemia hemos aprendido a ser capaces de reducir lo que consumimos, a disminuir nuestros gastos, que para estar bien no se necesitan de grandes cosas, sino que, muchas veces basta con saber que nuestros seres queridos están bien y con salud.
A pesar de esto, en muchos lugares hay personas que no cumplen con una responsabilidad social de cuidarnos entre todos, infringiendo las medidas sanitarias impuestas por las autoridades para el control de la pandemia.
Con la vuelta a la normalidad en muchas ciudades del mundo, no podemos olvidar que tenemos la capacidad de reducir nuestro impacto en el planeta, desde que estemos todos en el mismo bote remando hacia el mismo lado.