La Niña 2020 puede llegar a ser más intensa de lo previsto
Desde su consolidación en agosto, la mayoría de los modelos climáticos apuntaban a que La Niña de este año sería débil, o como máximo, de moderada intensidad. Pero ahora las proyecciones cambiaron, probablemente tendremos un evento mucho más fuerte de lo que era previsto.
El año de 2020 ya es oficialmente un año La Niña, fase negativa del principal padrón de teleconexión terrestre, El Niño-Oscilación Sur (ENOS). Desde su formación en agosto hubo muchas especulaciones al respecto de su intensidad: muchos especialistas y modelos numéricos indicaban un evento poco significativo, de baja intensidad. Sin embargo, ¡el panorama cambió!
En la última semana, la región de El Niño 3.4 (ubicada en el Pacífico Tropical entre 170°O y 120°O de longitud), principal región utilizada para monitorear las anomalías asociadas al ENOS, registró una anomalía de -1,4 ºC en la Temperatura Superficial del Mar (TSM). Este valor es considerado bien intenso y ya es indicativo de una intensidad moderada del actual La Niña, apuntando hacia un evento fuerte. Un evento La Niña es considerado moderada cuando las anomalías de TSM se mantienen entre -1,0 y -1,5 ºC. Por debajo de -1,5 ºC, el evento se considera fuerte.
Tras la intensificación del enfriamiento de las aguas superficiales del Pacífico Ecuatorial, y de la confirmación de la respuesta atmosférica a este enfriamiento caracterizada por la intensificación de los vientos alisios y valores positivos del Índice Oscilación Sur (IOS), ¡las proyecciones cambiaron!
Ahora, muchos de los modelos utilizados en los pronósticos del IRI y CPC prevén anomalías propias de un evento La Niña moderado, o incluso fuerte, hacia final de este año. El modelo CFSv2 del NCEP/NOAA, es uno de los modelos que apuesta por un evento mucho más intenso, con anomalías inferiores a -2,0 ºC. Sin embargo, el modelo del ECMWF continúa pronosticando un evento moderado, con TSM por encima de -1,5 ºC.
La mayoría de los modelos del IRI/CPC indican que La Niña deberá alcanzar su máxima intensidad entre diciembre de este año o enero de 2021, y a partir de febrero y marzo debiera comenzar a perder fuerza gradualmente, y volver a condiciones de neutralidad durante el otoño de 2021. Así, el evento La Niña de este año podrá ser fuerte, aunque de corta duración.
¿Cuáles serán los impactos de La Niña?
Muchos estudios han sido realizados con la finalidad de caracterizar eventos pasados de El Niño y La Niña e inferir sus impactos en el clima global. El más reciente de ellos fue realizado por investigadores del IRI, y publicado en la revista científica Weather and Forecasting en septiembre, donde se actualizaron los antiguos mapas de impactos de las diferentes fases del ENSO en el régimen de precipitación mundial.
Estos mapas fueron actualizados a partir de nuevos métodos estadísticos, considerando 20 años a más de datos históricos de alta resolución, extendiendo el periodo de análisis de 1951 a 2016, sumando a los análisis eventos recientes de grande impacto, como lo fueron El Niño 2015/2016 y La Niña de 2010/2011.
Los impactos de La Niña y El Niño fueron analizados de forma separada. Además, los autores sólo consideraron los eventos intensos, o sea, eventos El Niño con anomalías de TSM mayores a 1,0 ºC y eventos La Niña con anomalías inferiores a -1,0 ºC, descartando los eventos débiles que no tienen impactos importantes en la atmósfera.
El equipo del IRI colocó a disposición os resultados de este trabajo en una plataforma interactiva donde es posible visualizar los resultados probabilísticos de anomalías de precipitación en todos los continentes asociados a eventos El Niño y La Niña.
Por lo que se visualiza, apenas el extremo norte del país presenta mayores probabilidades de ocurrencia para precipitaciones por sobre lo normal en el trimestre noviembre-diciembre-enero. Por otro lado, el centro sur y el extremo austral de Chile tiene alta probabilidad de presentar precipitaciones abajo de la media en el mismo trimestre.