La Niña Modoki y el Niño costero ganan protagonismo: ¿qué son?
Con la disipación del fenómeno de La Niña, surgen conceptos que son nuevos para muchos, y que pueden traer confusión. Te contamos de qué hablamos cuando hablamos de Niña Modoki y Niño costero.
Con la disipación del fenómeno de La Niña, vienen surgiendo en el último tiempo en los medios de comunicación algunos conceptos que son nuevos para muchos, y que pueden traer cierta confusión o alarma si no son clarificados y empleados correctamente. Entre ellos, se destaca la palabra “Modoki”, usada como adjetivo a la hora de hablar de El Niño o La Niña, y por otro lado el concepto de “El Niño costero”.
A continuación, intentaremos esclarecer los criterios que la comunidad científica emplea habitualmente, y también actualizar la información de lo que está ocurriendo sobre el Pacifico ecuatorial.
Lo que ya conocemos: El Niño y La Niña tradicionales
El fenómeno ENOS (El Niño-Oscilación del Sur, o ENSO en inglés) es uno de los eventos océano-atmosféricos más conocidos e investigados del mundo, y comprende dos fases: la fase cálida denominada El Niño, y la fase fría denominada La Niña.
Inicialmente, los pescadores del norte de Perú y sur de Ecuador denominaban El Niño a un incremento inusual y prolongado de la temperatura del mar frente a las costas de estos países, lo cual generaba lluvias torrenciales, así como también afectaciones a la pesca y la agricultura. Este evento se manifestaba frecuentemente a fines del mes de diciembre, motivo por el cual se lo denominó El Niño, en referencia al nacimiento del Niño Jesús.
El notable incremento de las mediciones de la temperatura del mar realizadas en el Pacífico ecuatorial a partir de los años 50, y los registros de temperatura superficial y subsuperficial llevadas a cabo por varios institutos de investigación en el año geofísico internacional 1957-1958, en que casualmente se presentó un evento El Niño, permitieron a la comunidad científica observar que el calentamiento inusual frente a las costas de Sudamérica estaba precedido por un notable incremento de la temperatura del mar que se producía en un área extensa del Pacífico ecuatorial, aproximadamente desde los 170 °O hasta los 120 °O, en lo que oceanográficamente luego se denominó región Niño 3.4.
Esta anomalía térmica de la región Niño 3.4 se propaga hacia el este a lo largo de la línea equinoccial, y por debajo de la superficie hacia la región Niño 1+2 a manera de lo que se conoce como una onda Kelvin, generando las alteraciones oceanográficas y atmosféricas asociadas con los eventos El Niño.
Una vez establecido El Niño, con un notorio calentamiento por encima de lo normal de las aguas sobre la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, se producen distintos alteraciones oceanográficas y atmosféricas, entre las que se destaca un aumento de lluvias en la costa sudamericana sobre Perú y Ecuador.
La globalización de la información meteorológica y oceanográfica a partir de la década del 60 permitió establecer teleconexiones océano-atmosféricas que se generan debido a la ocurrencia de estos eventos, con lo que se determinó que los eventos El Niño y La Niña no se circunscribían únicamente a alteraciones en el Pacífico ecuatorial, sino que afectaban el clima en todo el planeta.
La actual Niña Modoki
El avance en el monitoreo océano-atmosférico permitió, a través de las décadas, determinar la existencia de eventos ENOS que cumplen con los criterios para calificarlos como eventos El Niño o La Niña, pero que presentan ciertas características particulares.
Tal como indica el Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada de Ecuador (INOCAR), los eventos ENOS tradicionales consideran que la anomalía térmica que se genera en el Pacífico central (positiva en el caso de El Niño y negativa en el caso de La Niña) generará un comportamiento similar en el borde oriental del Pacífico ecuatorial al propagarse a través de una onda Kelvin.
El comportamiento de los eventos Modoki, por su parte, se caracterizan por un comportamiento de las anomalías en los extremos del Pacífico oriental y occidental opuesto a lo que se da en el Pacífico ecuatorial central.
Es decir que se produce un incremento de la anomalía térmica típica de un evento El Niño en la región Niño 3.4, sin embargo, en el Pacífico oriental (frente a las costas de Sudamérica) y occidental (frente a las costas de Australia), se generan anomalías térmicas negativas, con todas las consecuencias que esto conlleva. Lo opuesto ocurre durante los eventos “La Niña Modoki”, con sus respectivas repercusiones.
El Niño costero pone en alarma a Perú
El Niño Costero, también denominado El Niño Oriental, es un término acuñado por el Comité de Estudio de Fenómeno de El Niño de Perú (Enfen-Perú), el cual se refiere a un incremento de la temperatura en la región Niño 1+2 por un tiempo prolongado y ha sido empleado en boletines locales, así como también en medios de prensa.
Este calentamiento puede generar lluvias intensas en las costas de Ecuador y norte de Perú, pero no necesariamente es generado por la propagación de una onda Kelvin ni tiene repercusiones en el clima a nivel global como las tienen los eventos El Niño, por lo que el término El Niño Costero u Oriental no ha sido adoptado por otros países o institutos de investigación más allá de Perú, y no es considerado como un evento global.
Las observaciones recientes indican que La Niña tradicional ha mutado a Niña Modoki, al mantenerse anomalías frías de temperatura en la parte central del Pacífico ecuatorial pero observarse en las últimas semanas un súbito calentamiento en la cuenca oriental frente a las costas de Sudamérica. La Niña Modoki tiene directa relación con El Niño costero, aunque como dijimos, este último sea un concepto mucho más restringido al Perú y lo que allí sucede.