La Niña se atrasó e incluso podría no llegar durante el 2024, según pronósticos de los grandes centros del clima
Con el término del periodo El Niño y establecimiento de la condición neutra de las aguas del Pacífico, se esperaba una migración hacia La Niña. Hoy por hoy, la probabilidad de que esto ocurra no supera el 50%.
Hace unos meses atrás, todo indicaba que el 2024 culminaría con el fenómeno de La Niña presente en las aguas ecuatoriales. La evolución de los pronósticos oceánicos y climáticos indican que esta condición podría no desarrollarse, como fue previsto inicialmente, para finales de invierno e inicio de primavera.
Los últimos pronósticos probabilísticos emitidos por el Internacional Research Institute for Climate and Society —conocido en el medio de los estudiosos del clima apenas por su sigla en inglés IRI— indican que la probabilidad que La Niña se establezca en el actual trimestre (agosto-septiembre-octubre) es inferior al 30%, y sólo alcanzaría un máximo de 49% de probabilidad de ocurrencia durante el trimestre noviembre-diciembre 2024-enero 2025.
Esto implica en que lo que resta de 2024 y el comienzo de 2025 podría continuar bajo un régimen de temperaturas oceánicas del Pacífico ecuatorial dentro de lo que se considera normal, no ejerciendo una forzante positiva o negativa sobre las condiciones de tiempo en otros lugares del planeta, como cuando ocurre en la presencia de condiciones de La Niña o El Niño.
De hecho, el pronóstico para los trimestres subsecuentes del 2025 refuerzan el descenso de la posibilidad que La Niña reaparezca, manteniendo una condición de neutralidad —esto quiere decir que ni La Niña ni el Niño estarían presentes en el Pacífico— influenciando las lluvias y temperaturas en el planeta.
¿Qué esperar del clima en primavera y verano sin La Niña?
Hay una serie de condiciones meteorológicas que se producen, se incrementan o se suprimen, bajo la presencia de La Niña durante la primavera y verano, las que se verían suavizadas bajo una condición neutral.
En el norte del país, las lluvias veraniegas del altiplano tienden a presentar valores más altos que lo normal, por lo que, si se mantiene esta condición neutral prevista, se espera que las tormentas en el altiplano se desarrollen de manera normal.
En el centro y sur, el frío podría mantenerse dentro de los parámetros normales al hacer el balance de los eventos de frío extremo. Las heladas tardías, una situación meteorológica que se ve favorecida con la presencia de La Niña, no serían tan intensas ni tan frecuentes en su ausencia, ni tampoco debieran extenderse tan al norte en esa parte del centro del país.
¿La primavera debiera ser lluviosa en el centro y sur?
La precipitación también uno de las variables meteorológicas más afectada por el fenómeno de El Niño Oscilación del Sur (ENOS) tanto en su fase negativa (La Niña) como en su fase positiva (El Niño).
Cuando está la presencia de La Niña, las lluvias tienden a ser más bajas de lo normal en la época primaveral en las regiones del centro y sur de Chile, por lo que la condición de neutralidad mantendría la posibilidad de continuidad de las precipitaciones en esa parte del país, aunque con el esperado descenso que ocurre producto de la variabilidad climática a lo largo del año.
¿Y si se establece La Niña?
Aunque los modelos estadísticos están a favor de la continuidad de la condición neutral del ENOS para los próximos meses, los modelos dinámicos dan opciones para que sí se produzca un episodio La Niña en lo que queda de 2024.
En caso de que esto ocurra, sería con bajísima intensidad, dado que la anomalía prevista para el sector El Niño 3.4, monitoreado por el impacto que produce a nivel de teleconexión, no superaría los -0,64 ºC.
Debemos dejar en claro que no basta con que se produzca una anomalía de 0,5 ºC por debajo del promedio, apenas durante un mes, en el sector del Pacífico ecuatorial, para que se declare un evento La Niña. Esta condición, además, debe proyectarse por al menos 5 trimestres móviles consecutivos, a lo que se debe sumar la presencia de indicativos de efectos sobre la atmósfera —por ejemplo, en la circulación de los vientos de este—, según indica la NOAA.
Así, en caso que La Niña se establezca, el fenómeno alcanzaría un nivel de intensidad débil (anomalías entre - 0,9 y -0,5 ºC) y por lo mismo, sus efectos en Chile y otras partes del mundo, muy probablemente, no serían para nada intensos.
Fuentes y referencias de la noticia:
- IRI. ENSO Forescast.
- NOAA. El Niño and La Niña Alert System.
- NOAA. El Niño and La Niña: Frequently asked questions.