La Organización Meteorológica Mundial advierte: las olas de calor empeoran la calidad del aire y la contaminación
No es sólo un aumento de las temperaturas lo que provocan las olas de calor... un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advierte de otros efectos negativos de estos eventos. ¡Aprende más aquí!
Se habla mucho del cambio climático, ¿verdad? Sí, y ya se sabe que están aumentando la intensidad y frecuencia de las olas de calor en todo el mundo. En julio de este año, por ejemplo, llamó la atención la aparición de varias olas de calor extremo en el hemisferio norte. De hecho, un estudio de World Weather Attribution (WWA) afirmó que “tales olas de calor no serían posibles sin el cambio climático”.
Ahora, un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) sobre la calidad del aire y el clima, publicado este mes, destaca otro efecto nocivo de las olas de calor, además del simple aumento de las temperaturas: también afectan la calidad del aire y la contaminación.
Olas de calor y contaminación del aire
El calor extremo generado por las olas de calor está teniendo un impacto significativo en la calidad del aire, la salud humana y el medio ambiente. Normalmente, la preocupación sólo surge por el riesgo de las altas temperaturas, pero, como destaca el informe, también están los impactos de la contaminación resultante, que a menudo se ignoran pero son igualmente dañinos.
El informe muestra que las olas de calor que provocaron incendios forestales en el noroeste de Estados Unidos y aquellas acompañadas de incursiones de polvo del desierto en Europa provocaron una calidad del aire peligrosa el año pasado.
"Las olas de calor empeoran la calidad del aire, con repercusiones en la salud humana, los ecosistemas, la agricultura y nuestra vida cotidiana", afirmó Petteri Taalas, Secretario General de la OMM. “El cambio climático y la calidad del aire no pueden abordarse por separado. Van de la mano y deben afrontarse juntos para romper este círculo vicioso”, añadió.
Vale resaltar aquí que este informe se refiere al año 2022, y lo que estamos viviendo en 2023 es más extremo. Julio fue el mes más caluroso registrado, con intensas olas de calor en varias partes del hemisferio norte, como ya se mencionó aquí. Entonces, en este año 2023 las cosas podrían ser mucho peores.
Lorenzo Labrador, líder científico de la OMM para el sistema de Vigilancia de la Atmósfera Global, explica: “Las olas de calor y los incendios forestales están estrechamente relacionados. El humo contiene una mezcla de sustancias químicas que no sólo afecta la calidad del aire y la salud, sino que también daña las plantas, los ecosistemas y los cultivos, y provoca más emisiones de carbono y, por tanto, más gases de efecto invernadero en la atmósfera”.
En otras palabras, las olas de calor y las condiciones secas favorecen los incendios forestales que, una vez iniciados, crecen rápidamente al encontrar vegetación seca, un 'combustible' fácil. Estas situaciones provocan un aumento de las emisiones de aerosoles a la atmósfera.
Algunos ejemplos de eventos en 2022
El verano del año pasado fue el más caluroso jamás registrado en Europa (junio-julio-agosto). Las largas olas de calor provocaron un aumento de las concentraciones de partículas en suspensión (MP) y de ozono troposférico en el continente. Varios lugares en el sureste, centro y noreste de Europa excedieron el límite de ozono recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 100 μg/m³ para una exposición de 8 horas.
Además, una ola de calor persistente en septiembre se asoció con niveles inusualmente altos de quema de biomasa en todo el noroeste de Estados Unidos, lo que provocó una calidad del aire insalubre en gran parte de la región.
Y se ha descubierto que los incendios contribuyen en grandes proporciones a la deposición de nitrógeno en los ecosistemas naturales, superando a menudo los límites de carga críticos e impactando negativamente la biodiversidad, el agua potable e incluso la calidad del aire a través de emisiones que provocan una mayor contaminación atmosférica.
Y las malas noticias no terminan ahí: varios estudios demuestran que el cambio climático está aumentando la frecuencia e intensidad de las olas de calor y se espera que esta tendencia continúe en el futuro. El consenso científico es que estos eventos aumentarán el riesgo y la gravedad de los incendios forestales.