La sequía afecta el Canal de Panamá: El Niño y el cambio climático amenazan el comercio mundial
La grave sequía que afecta a Centroamérica está poniendo en crisis el tránsito de barcos por el Canal de Panamá. Así es como funciona esta extraordinaria hazaña de ingeniería. Ahora la situación está empeorando, una gran empresa está renunciando al tránsito por el canal. Entre las soluciones destaca la siembra de nubes, pero ¿puede funcionar?
Estamos en el apogeo de un poderoso evento de El Niño y, según el último análisis del Centro de Predicción Climática de la NOAA, se observan anomalías en la temperatura de la superficie del mar entre 1,4°C y más de 2°C en las aguas alrededor del ecuador del Océano Pacífico.
Los impactos son diferentes según las regiones del mundo, pudiendo tratarse tanto de inundaciones como de sequías. Sin embargo, en el planeta Tierra todo está conectado e incluso la economía depende de factores meteorológicos y climáticos. Y por eso las consecuencias se sienten incluso en el comercio mundial.
El Canal de Panamá: una extraordinaria hazaña de ingeniería
Hasta principios del siglo XX, los barcos que debían llegar a Asia o Australia desde el Océano Atlántico o viceversa debían realizar un viaje largo y peligroso, circunnavegando América.
En 1914, después de largos años de trabajo, se completó la construcción del Canal de Panamá, una extraordinaria hazaña de ingeniería: de hecho, entre el Océano Atlántico y el Océano Pacífico hay una diferencia de altura de 26 metros. La construcción costó muchas víctimas a los trabajadores, contribuyó a la deforestación y la opresión de las poblaciones indígenas.
El canal funciona a través de un sistema de esclusas, donde los barcos suben o bajan para superar la diferencia de altura entre los dos océanos. Tres juegos de esclusas, dos en el lado del Océano Pacífico y uno en el lado del Océano Atlántico, permiten a los buques sortear el relieve topográfico del istmo.
El papel del agua dulce y la lluvia
En detalle, para implementar este complejo mecanismo se aprovechan las aguas del lago Gatún, un lago artificial creado específicamente para recoger las abundantes lluvias tropicales en un gran embalse.
Este lago también sirve como reserva de agua potable para Panamá. Por lo tanto, el agua utilizada en el canal no puede reintroducirse en el lago porque se mezcla con el agua salada del mar.
Sequía golpea el Canal de Panamá
Durante 2023, gracias a El Niño, Panamá se vio afectada por una sequía sin precedentes. Además, las altas temperaturas aumentan la evaporación, contribuyendo a acentuar la reducción de la reserva de agua dulce en el lago Gatún.
Así, el nivel del agua en la parte de la dársena por donde pasan los barcos entre las esclusas se ha reducido en casi 2 metros con respecto a la media, causando problemas a los buques mercantes más grandes.
Los primeros signos del problema se remontan a agosto de 2023, con tiempos de tránsito alargados y algunas empresas optando por circunnavegar Sudamérica como alternativa, alargando tiempos y aumentando costos.
La situación empeora aún más
En condiciones normales transitan diariamente por el canal entre 36 y 38 barcos, con esta situación el número ha bajado a 30-32, y ahora incluso menos.
Debido al bajo nivel de agua en el Canal de Panamá, Maersk, una importante naviera, anunció la necesidad de implementar un puente terrestre para transportar mercancías a través del istmo. La solución pasa por el traslado de contenedores en trenes por todo el país centroamericano, o mediante camiones portacontenedores también en la vecina Costa Rica.
Aproximadamente el 6% del comercio mundial pasa por el Canal de Panamá, aunque parezca pequeño, el impacto socioeconómico y ambiental de esta crisis es grande. De hecho, se suma a la crisis geopolítica en el Mar Rojo. La propia Maersk y otra gran empresa, Hapag Lloyd, están abandonando el tránsito por el Canal de Suez y optando por circunnavegar África tras los ataques de militantes hutíes contra barcos que transitan por la región del Golfo Pérsico.
Pensando en soluciones
El problema no se debe sólo a la situación climática, sino que en los últimos años el canal se ha ampliado y, en consecuencia, han aumentado las extracciones de agua.
El proyecto de un canal alternativo a través del Lago de Nicaragua se encuentra paralizado por diversas razones, y afortunadamente por los fuertes impactos ambientales.
Una solución propuesta es construir una represa en el río Indio en Panamá y cavar un túnel en la montaña para llevar más agua al lago. Sin embargo, este proyecto es complejo, largo, costoso y controvertido desde el punto de vista socioambiental.
También surge la controvertida hipótesis de la siembra de nubes. La "siembra de nubes" es una técnica conocida desde hace décadas que consiste en introducir sustancias como el yoduro de plata en las nubes para favorecer la condensación y, por tanto, la precipitación. Los resultados, sin embargo, nunca han sido especialmente brillantes y, sobre todo, se necesita un ingrediente básico: la presencia de nubes. Si el cielo está despejado, si las nubes son escasas, esta solución también es inútil.