¿Los vehículos eléctricos llegarán luego al mismo precio que los demás?
Un estudio publicado por la ONG ecologista prevé paridad de precios este año entre los vehículos eléctricos y los vehículos de combustión interna. ¿Es realista esta buena noticia para la transición ecológica?
Sin duda, hay una revolución por venir en un mundo donde circulan más de 1.400 millones de vehículos a motor a combustión interna. Según un estudio de la ONG ecologista ICCT (Consejo Internacional de Transporte Limpio) publicado en el New York Times, los vehículos eléctricos deberían costar lo mismo que algunos modelos similares a gasolina a partir de este año. ¿Qué factores explican esta buena noticia para el medio ambiente?
Nuevos modelos y caída de los precios del litio
¿Realmente pronto podremos comprar un vehículo eléctrico al mismo precio que un vehículo térmico? Esto es lo que sugiere la ONG ecologista ICCT, con paridad prevista entre determinados modelos eléctricos y sus equivalentes modelos de gasolina a partir de este año. ¡Una bendición para los automovilistas! ya que los autos eléctricos generalmente son mucho más caros que los autos de gasolina o diesel. La creciente popularidad de los vehículos eléctricos, y la necesaria transición ecológica, están obligando a los fabricantes a ser aún más competitivos.
El primer factor que explica esta caída de precios viene de los propios fabricantes. La llegada de nuevos modelos eléctricos al mercado anima a las empresas a reducir el precio de los coches eléctricos existentes, un proceso ya iniciado por Tesla el pasado mes de enero, que redujo en varios miles de dólares el precio del Model 3 y Model Y en Norteamérica, dos modelos de vehículos muy populares.
Segundo factor que contribuye a esta disminución, es el precio de la electricidad: el litio y el cobalto, dos minerales esenciales para la fabricación de baterías, son ahora cada vez más asequibles. Esta bajada de costes, que no es necesariamente permanente, dicen los expertos, es sin embargo uno de los detonantes de la reducción de precios llevada a cabo por los fabricantes.
Finalmente, los sistemas de incentivos establecidos por los gobiernos son el último factor que reduce el precio de la electricidad para el consumidor. En Estados Unidos, por ejemplo, los compradores de determinados modelos eléctricos pueden beneficiarse de un crédito fiscal que asciende hasta los USD $7.500, suficiente para hacer un buen negocio frente a modelos térmicos comparables.
¿Cuál será el impacto en el medio ambiente?
Evidentemente, desde un simple aspecto ecológico primario, el paso de los vehículos térmicos a los eléctricos es una buena noticia, dado el impacto de la combustión en la contaminación atmosférica, vía la emisión de gases de efecto invernadero. El vehículo eléctrico no emite óxidos de nitrógeno, partículas finas, hidrocarburos sin quemar, monóxido de carbono ni CO2. Su huella de carbono es en definitiva mucho más aceptable que la de un vehículo térmico, incluso de gasolina. El automóvil eléctrico también requiere líquidos menos dañinos para el medio ambiente, como refrigerante o aceite de motor.
Otra gran ventaja del vehículo eléctrico es la reducción de la contaminación acústica: la ausencia de un motor térmico elimina casi todo el ruido y la vibración; esto permite que el conductor se concentre mejor.
Finalmente, todas las investigaciones muestran que los autos eléctricos tienen en promedio un 4% más de eficiencia energética que los autos de gasolina, incluso cuando recargan la batería con combustibles fósiles. Tampoco olvidemos la posibilidad de que los conductores eléctricos eludan las restricciones de tráfico durante los picos de contaminación y, en general, aprovechen las carreteras en las zonas de bajas emisiones (ZFE).
Sin embargo, no debemos ocultar el debate creado en torno al impacto ambiental de las baterías, al igual que la fabricación del automóvil eléctrico. En primer lugar, deshacerse de la batería de un vehículo eléctrico siempre es menos contaminante que deshacerse de una batería de vehículo térmico. Por último, si la fabricación de un auto eléctrico consume más energía que la de un auto térmico, estas emisiones adicionales durante la producción se compensan en gran medida con la ausencia de contaminación emitida en las carreteras por el vehículo eléctrico, tenga este una batería de larga duración o no.