Luna de Júpiter es una buena candidata para tener vida extraterrestre
Cuando hablamos de encontrar vida fuera de la Tierra nuestra imaginación vuela a Marte o quizás a Venus. Pero es posible que esté algo más lejos, ya que los científicos están pensando... ¡en las lunas de Júpiter!
Para hacernos una idea general, primero debemos retroceder en el tiempo al 7 de enero de 1610, cuando Galileo Galilei hizo un descubrimiento histórico: cuatro puntos brillantes que giraban alrededor del planeta Júpiter. Se trataba de los satélites hoy llamados de galileanos, que de más cerca a más lejos del planeta son: Ío, Europa, Ganímedes y Calisto.
A continuación, viajaremos a unos 628 millones de kilómetros de nuestro planeta azul, al mayor planeta del sistema solar, el gigante gaseoso Júpiter, situado a 778 millones de kilómetros del Sol. Recibe su nombre del principal dios de la mitología romana, padre de dioses y de hombres, con una masa 318 veces la de la Tierra, formado principalmente por hidrógeno y helio, y con un campo magnético muy intenso.
Lunas tan grandes como planetas
Júpiter posee 79 lunas de diversos tamaños, y un sistema de anillos muy tenues descubierto por la sonda Voyager I en 1979. Si nos fijamos apenas en los satélites galileanos, Ganímedes, con sus 5.268 kilómetros de diámetro, es el mayor del sistema solar, 1,5 veces más grande que nuestra Luna, e incluso, mayor que el planeta Mercurio (4.880 km de diámetro). En tamaño le sigue Calisto, con 4.820 km de diámetro, que siempre da la misma cara a Júpiter; el curioso Ío de 3.643 km de diámetro, con sus más de 400 volcanes activos y finalmente Europa, con un diámetro de 3.122 km, es más o menos del tamaño de nuestra Luna y tiene grandes posibilidades de tener un océano líquido. Todos tienen en común una tenue atmósfera, campo magnético y un núcleo metálico, más o menos grande, con la excepción de Calisto que sería de roca.
A diferencia de la mayoría de los satélites externos del sistema solar, que se encuentran cubiertos de una gruesa capa de hielo, bien de agua o de hidrocarburos, Ío está compuesto principalmente de roca, rodeando un núcleo de hierro y en proporción, es el que menor cantidad de agua tiene entre los objetos conocidos del sistema solar. Con esta adversidad deberíamos descartarlo en la posibilidad de encontrar vida, tal cual la conocemos nosotros.
Las nueve misiones espaciales que se han acercado al planeta y a sus lunas han ido aclarando poco a poco ciertas dudas y confirmando muchas de las hipótesis que había sobre el sistema joviano. Las imágenes enviadas por todas estas sondas, más las obtenidas por el telescopio Hubble, parecen indicar la posibilidad de la existencia de océanos, tanto congelados como líquidos, en Ganímedes, Calisto y Europa.
Océanos de agua y ¿posible vida?
La misión Galileo de la NASA, a finales de los 90, detectó indicios de un posible océano debajo de la superficie de Europa y en 2013 el telescopio Hubble observó posibles fumarolas de vapor de agua disparadas desde la superficie de esta luna. También se cree que los otros dos satélites helados, Ganímedes y Calisto, podrían tener océanos líquidos debajo de su superficie. Y claro, surgió la gran pregunta, ¿podría haber vida y podríamos buscarla?
Antes de intentar contestar a estas preguntas hay que definir qué entendemos por vida “extraterrestre”. Podemos decir que nos referimos al hipotético tipo de vida que pueda existir fuera de nuestro planeta y que no se haya originado en él. El rango de esta definición es muy grande, desde simples microorganismos a seres con civilizaciones más avanzadas a la nuestra. Está claro que lo que podríamos intentar buscar en las lunas jovianas serían lugares donde las condiciones fueran propicias para el desarrollo de formas básicas de vida extraterrestre.
Para poder sustentar vida, sería conveniente que los océanos estuvieran en contacto con la roca en el fondo para que los posibles microrganismos tenga una fuente de alimento, ya que los minerales podrían así filtrarse al océano y enriquecerlo. Actualmente, se piensa que solo Europa cumple esta condición. Y para buscarla, la Agencia Espacial Europea planea enviar una nave espacial a Júpiter en el año 2022, llamada JUpiter ICy moons Explorer (JUICE). Programada para llegar a Júpiter en el 2029, realizará múltiples sobrevuelos de Europa y Calisto antes de entrar en órbita alrededor de Ganímedes entre el 2032 y 2034. Esta nave espacial sería la primera en orbitar una luna distinta a la de la Tierra.