Más espacios verdes para combatir las olas de calor: ¿en los jardines botánicos está la solución?
En la mitigación de los efectos del calor en las ciudades contribuyen desde los árboles en la calle hasta los parques. Un nuevo estudio revela cuál es el método más efectivo de enfriarlas.
Piensa en ese instante de alivio que se siente al entrar en un jardín botánico: el frescor del ambiente permite relajarnos, sobre todo en un día de calor intenso. Caminar por las calles de una ciudad, sin embargo, llega a ser abrumador por las altas temperaturas que se alcanzan en un entorno de asfalto y concreto.
Buscando mitigar los efectos del calentamiento global, un grupo de expertos del Centro Global para la Investigación del Aire Limpio (GCCAR, por sus siglas en inglés) propone mejorar la infraestructura en un escenario de sobrecalentamiento urbano. ¿Cómo? Los parques, humedales, paredes verdes e incluso árboles en la calle alivian el calor. En particular, centraron su estudio en los beneficios que aportan los jardines botánicos a las ciudades.
La investigación encontró que sitios como el Jardín Botánico de Chelsea Physic y los Jardines Botánicos Reales de Kew en Londres, o en Gardens by the Bay en Singapur, lograron reducir la temperatura de ciudades aledañas durante episodios de olas de calor: en promedio, ha bajado hasta en 5°C.
La sombra y la evaporación del agua son primordiales en el enfriamiento del aire. Espacios verdes con cuerpos de agua favorecerían considerablemente a la disminución de las temperaturas en las grandes ciudades. En estos casos, también influyen el tamaño de los jardines botánicos y la conexión de espacios verdes en "corredores verdes".
Promoviendo la infraestructura azul y verde
En la planificación urbana, es un requisito actual diseñar la infraestructura en base a los desafíos ambientales y de desarrollo sostenible. El problema que encuentran en el estudio es la falta de una investigación sistémica sobre los diferentes tipos de espacios verdes urbanos y sus impactos en los entornos que los rodean. Se busca promover la infraestructura azul y verde en ciudades que funcionan como islas de calor.
La infraestructura azul comprende toda la red de sistemas naturales y construidos que gestionan el agua de manera sostenible. Con su implementación, se busca mejorar la calidad y disponibilidad del agua, así como reducir el riesgo de inundaciones y sequías.
Por otro lado, la infraestructura verde incluye aquellas áreas naturales y seminaturales diseñadas para ofrecer servicios ecosistémicos, que contribuyen a la regulación de la temperatura, la captura de carbono o la conservación de la biodiversidad.
Un ejemplo a seguir en las grandes urbes
Existen proyectos que buscan frenar los efectos del calor en ciudades como Atenas, una de las más afectadas por el cambio climático en Europa. De este proyecto se encarga con sus ideas innovadoras la Directora Mundial del Calor de la ONU, Eleni Myrivili.
Myrivili no sólo pretende enfriar la capital griega: su plan es promover medidas sostenibles que permitan hacerlo en todo el mundo.
Entre sus propuestas está la creación de un gran corredor verde que atraviese el centro de Atenas, aprovechando el antiguo acueducto de Adriano que se encuentra bajo la superficie. Con el agua del túnel subterráneo, se podrían regar numerosos parques y plazas. Además, promueve reducir el espacio destinado a los autos y compensarlos con ciclovías y espacios peatonales.