Más inodoros para ayudar a combatir el cambio climático
El agua que usamos para lavarnos las manos, ducharnos, e incluso lo que se va por el inodoro puede tener un fin muy distinto al que hemos visto a lo largo del tiempo. Y además, puede contribuir a reducir el calentamiento global y el cambio climático. Te contamos más aquí.
El 19 de noviembre se conmemora el Día Mundial del Retrete. Si, leíste bien: retrete, inodoro, taza del baño, servicios higiénicos. La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó en julio de 2013 la instauración de este día mundial, con la finalidad de "acabar con los tabúes" que rodean a los inodoros y "convertir el saneamiento en una prioridad de desarrollo mundial".
Según datos divulgados por las Naciones Unidas, alrededor de 4.200 millones de personas en el mundo -¡más de la mitad de los habitantes del planeta!- no cuentan con acceso a servicios higiénicos en sus casas, o cuentan con sistemas de saneamiento precarios. Y si hablamos de acceso a agua limpia para higienizarse, la situación también no es muy diferente: 40% de la población mundial no cuenta con un lugar para lavar sus manos con agua y jabón.
Este año más que nunca hemos escuchado, a raíz de la pandemia del COVID-19, sobre la importancia de lavar nuestras manos de forma eficaz para evitar la transmisión de enfermedades. Pero lavarse las manos no pasa apenas por evitar el coronavirus, si no que también la transmisión de muchas otras enfermedades infecciosas mortales que han acompañado a la humanidad desde siglos, como lo son el cólera y la fiebre tifoidea.
Saneamiento Sostenible y Cambio Climático
Este es el tema sobre el que se centra el Día Mundial del Retrete en 2020. Los eventos extremos climáticos (sequías, inundaciones, aumento del nivel del mar, y otros) son cada vez más frecuentes producto del calentamiento global y el cambio climático, y pueden llegar comprometer la salud de las personas. Inundaciones pueden causar daños en sistemas de tratamiento de agua, comprometer fosas sépticas y llevar agua contaminada a pozos que se utilizan para el consumo de agua humano.
En países donde no hay tratamiento adecuado de las aguas residuales y lodos de los baños, ellos acaban en ríos y canales próximos a las viviendas, y las personas viven con un foco de enfermedades, literalmente, en el patio de sus casas. Estas aguas, en algunos lugares, no reciben tratamiento antes de ser utilizas para irrigar cultivos, diseminando así enfermedades crónicas y mortales.
El Objetivo número 6 de Desarrollo Sostenible es garantizar la gestión sostenible y disponibilidad del agua así como alcanzar saneamiento para todos. Con la escasez de agua que se está viviendo en varios lugares del planeta, se hace necesario aprovechar al máximo, además de concientizar sobre su uso.
El 80% del agua residual generada en el mundo vuelve a la naturaleza sin recibir tratamiento alguno. El saneamiento sostenible implica en la destinación correcta, tratamiento y posible reutilización de los desechos humanos, de una manera segura.
La reutilización de este tipo de desechos puede ayudar a ahorrar agua dulce así como a la reducción y captura de emisiones de gases de efecto invernadero para la generación de energía verde y así minimizar los impactos del calentamiento global y del cambio climático.