Mosca de la fruta: ¿El clima influye en la expansión de esta plaga?
Durante febrero aumentó la presencia de estos insectos afectando al sector frutícola entre lugares de Maule y Los Lagos. También proliferó la mosca doméstica. ¿Será consecuencia de las lluvias de verano o de las olas de calor que han afectado al centro-sur del país?
Nunca falta. Una plaga de moscas de “alas manchadas” (Drosophila Suzukii) está afectando la producción de frutas, principalmente de berries, en los campos del centro-sur del país. Las larvas de estos insectos se han encontrado en cerezas, frambuesas, frutillas, arándanos, moras, uvas, duraznos, ciruelas, entre otros, bajando la cotización de las frutas, lo que ha generado incertidumbre en el ámbito agrícola.
Los focos se han reportado en sectores del Maule, Ñuble, Biobío y Los Lagos. Además, se han recibido denuncias de vecinos por el aumento de las moscas domésticas (Musca domestica). Ante este último acontecimiento, Ernesto Bravo, jefe (s) de acción sanitaria de la Seremi de Salud de Biobío afirmó que han influido en su proliferación “factores ambientales asociados principalmente a las lluvias de las últimas semanas, lo anterior, acompañado posteriormente por alta humedad y calor”.
Lo cierto es que, en el caso de la mosca de la fruta, el factor preponderante en su masiva propagación es el calor. Así lo comprobó una investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), la cual concluyó que las olas de calor causan una “dramática alteración en la composición genética de las poblaciones de este organismo debido a una rápida proliferación de genotipos más tolerantes a las altas temperaturas”.
Los investigadores, que han estudiado estos insectos por más de 40 años, comprobaron que las moscas portadoras de variantes genómicas tolerantes al aumento de las temperaturas dejan, en promedio, cinco veces más descendientes que las moscas sensibles a los cambios ambientales.
La Drosophila Suzukii “es considerada una plaga emergente e invasiva. Es una grave amenaza económica en los cultivos, porque a diferencia de la mayoría de las especies de su género -denominadas comúnmente “moscas del vinagre” (infestan fruta sobre-madura, caída o en estado de fermentación)- las hembras de esta especie oviponen en frutas sanas que se encuentran en estado de maduración y que preferentemente poseen epidermis suave y delgada. Posteriormente, sus larvas se desarrollan y se alimentan de la pulpa de la fruta, generando que ésta se vuelva no comercializable”, sostiene el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG).
Datos para mosquearse
Una mosca de la fruta puede poner 500 huevos en su vida y el ciclo vital, desde el huevo hasta la adultez, tarda una semana aproximadamente. Mientras que la mosca doméstica puede poner 500 huevos en tres a cuatro días, y repetir el este ejercicio reproductivo varias veces a través de su existencia. Las moscas domésticas pueden vivir entre 15 y 60 días tras experimentar un ciclo de metamorfosis: huevo, larva, pupa y vida de adulta.
En el mundo existen cerca de 110.000 especies de moscas, aunque falta investigación con respecto a estos dípteros en gran parte por la carga negativa que existe sobre ellos. Sí, las moscas transportan enfermedades (diarrea, cólera, fiebre tifoidea, tuberculosis, poliomielitis, etc.) y suciedad, pero además hay especies que polinizan las plantas, devoran cadáveres de animales en descomposición, desintegran materia orgánica, matan arañas, o, sirven como alimento para otros insectos.
La mosca de casa, o doméstica, se encuentra en todo el mundo, especialmente, en dónde hay actividad humana.