No tenemos más opción: tendremos que adaptarnos al clima extremo
Aunque las emisiones de dióxido de carbono sean "cero", la adaptación es la ruta a construir. Pero ¿A qué debemos adaptarnos? ¿Qué es el clima extremo? ¿Hay algo más que considerar? A continuación, descubre las respuestas.
Desde hace unos años, diversos equipos científicos instaban a los países para que disminuyeran su emisión de dióxido de carbono. Esto, con el fin de llegar a la meta "cero emisiones" y, de esa manera, dejar un mejor planeta para la vida de las generaciones futuras. Sin embargo, hace unos días ese llamado fue refutado.
¡Así es! porque ni siquiera alcanzar las cero emisiones netas de dióxido de carbono será suficiente para salvar el planeta tal cual como lo conocemos. Esta noticia fue emitida desde la Agencia Británica de Medioambiente (ABM), quienes alertan que el mundo debe aprender a adaptarse a dos escenarios inminentes y de escala global. El clima extremo y el aumento en el nivel del mar.
¿Qué entendemos por "clima extremo"?
El clima extremo puede ocurrir en cualquier momento y en todos los rincones del planeta. El clima extremo incluye condiciones peligrosas generadas por tormentas, incluyendo vientos huracanados, inundaciones, frío congelante, olas de calor, aluviones, entre otros.
A estas alturas, sabemos perfectamente que no es una historia o película de ficción la definición anteriormente mencionada. En nuestro país, hemos sido testigo de varios aluviones en la zona norte y sur. Los ríos atmosféricos se volvieron "famosos" desde los años 90, al manifestar montos de precipitación tan elevados en lugares costeros, que las inundaciones no fueron previstas en varias ocasiones.
¡Para qué hablar de las olas de calor! Han sido la tónica verano tras verano, elevando los termómetros sobre los 40°C en la zona central. Y, sin darnos cuenta, es nuestro cuerpo el que está haciendo todo el trabajo de adaptación, solicitándonos más agua bajo estos escenarios meteorológicos.
¿Qué ocurre con el aumento en el nivel del mar?
Lo primero, y lo más evidente, es la invasión del agua oceánica en zonas costeras. Por ende, se provoca una erosión del suelo que, como consecuencia, daña los cultivos, viviendas y lugares turísticos. Uno de los ecosistemas más afectados son los humedales, ya que se origina un cambio en el hábitat de la fauna y la flora pierde su ambiente natural para crecer.
Si tenemos un nivel del mar más alto del que estamos habituados y habituadas, los temporales son más peligrosos y dañinos para la población. Hemos visto cómo las enormes olas se abren paso en sectores como la Avenida Perú en Viña del Mar y la Avenida Altamirano en Valparaíso.
Es probable que con esta situación, muchas islas desaparezcan, al igual que lugares preciosos que estaban dedicados al turismo. Un factor importante, es la migración de las personas hacia sectores interiores, en busca de nuevas oportunidades para rehacer su vida.