Noviembre en el huerto: qué sembrar y cuáles son las tareas para un verano exitoso

Noviembre es un mes clave en el huerto, preparando el terreno para la llegada del verano. Es el momento de plantar cultivos de estación, mantener un buen control de plagas y optimizar el riego.

Huerto familiar
Trabajar en el huerto es una actividad ideal para compartir en familia, donde grandes y pequeños pueden aprender juntos sobre el cuidado de las plantas y la conexión con la naturaleza.

En el hemisferio sur, noviembre marca el final de la primavera y la antesala del verano, trayendo un aumento significativo de temperaturas y horas de Sol. Estas condiciones aceleran el crecimiento de las plantas y multiplican sus necesidades de nutrientes y agua, pero también favorecen la aparición de plagas y enfermedades.

En Chile, donde la diversidad climática permite una amplia gama de cultivos, noviembre es una oportunidad para sembrar hortalizas de verano y protegerlas con técnicas naturales. El enfoque en el control de plagas y en la fertilización adecuada es esencial para que el huerto mantenga un equilibrio entre productividad y sostenibilidad.

A continuación, te mostramos las principales tareas a realizar en el huerto durante este mes, desde la siembra de hortalizas de temporada hasta el uso de plantas compañeras para mejorar la salud de los cultivos.

Siembra y trasplante

Noviembre es el momento perfecto para plantar y trasplantar variedades que se adaptan bien a las altas temperaturas del verano. Algunas recomendaciones son:

Maíz
El maíz es perfecto para el huerto en noviembre. Combinado con porotos y zapallos, se crea un sistema de cultivo complementario en el que cada planta aporta beneficios para el crecimiento de las otras.
  • Maíz y zapallos: plántalos en áreas donde reciban pleno sol. Ambas plantas requieren un suelo fértil y bien drenado para desarrollarse.
  • Tomates, pimientos y berenjenas: trasplántalos si aún no lo has hecho, ya que estos cultivos prosperan bajo el sol directo.
  • Zanahorias, lechugas y porotos: realiza una siembra directa de estas hortalizas en el huerto. Son cultivos de crecimiento rápido y necesitan riego frecuente.

El trasplante de plantines debe realizarse de preferencia al atardecer o en días nublados, protegiendo así a las plantas jóvenes del estrés por calor.

Fertilización y riego

Con la llegada de las temperaturas cálidas, los cultivos aumentan su demanda de agua y nutrientes:

Riego por goteo
Además de ahorrar agua, el riego por goteo reduce el crecimiento de malezas, ya que limita el suministro de agua solo a las plantas deseadas, minimizando el mantenimiento.

Riego: aumenta la frecuencia de riego, especialmente en hortalizas de raíz profunda como remolachas y zanahorias. No olvides regar temprano en la mañana o al atardecer para evitar la rápida evaporación.

El riego por goteo es hasta un 90% eficiente en el uso del agua, ya que reduce la evaporación y distribuye de manera precisa cada gota en la zona de raíces, optimizando el consumo hídrico en comparación con métodos tradicionales.

Fertilización: aplica compost, humus de lombriz o abonos ricos en potasio y fósforo. Estos nutrientes favorecen la floración y el desarrollo de frutos, especialmente en plantas de alto rendimiento como tomates y pimientos. También puedes añadir fertilizantes orgánicos líquidos al agua de riego cada dos semanas para asegurar una absorción rápida de los nutrientes.

Control de plagas y enfermedades

El calor y la humedad son condiciones ideales para la proliferación de plagas comunes en el huerto, por lo que noviembre es clave para implementar controles naturales:

  • Insectos como pulgones, ácaros y mosca blanca: se pueden combatir utilizando insecticidas naturales, como el aceite de neem o un preparado casero de ajo y ají.
  • Hormigas y caracoles: la tierra de diatomeas es muy efectiva para controlar caracoles y babosas, pues daña sus cuerpos y los deshidrata. Espolvorea una capa alrededor de las plantas, asegurándote de que el polvo esté seco. También puedes probar con cáscaras de huevo trituradas o ceniza, aunque su efectividad es limitada.
  • Hongos: las enfermedades fúngicas proliferan en ambientes húmedos, por lo que conviene evitar el riego directo sobre las hojas y garantizar una buena ventilación entre las plantas. Rociar la planta con una solución de bicarbonato y agua puede ayudar a prevenir la aparición de hongos sin dañar el cultivo.

Plantas compañeras

La siembra de plantas compañeras es una técnica que mejora la salud del huerto y reduce la necesidad de pesticidas. Particularmente, el combinar flores con hortalizas ayuda a mantener las plagas bajo control, añadiendo también belleza y diversidad al espacio de cultivo.

caléndulas
Las caléndulas son grandes aliadas en la huerta; no solo aportan color, sino que también repelen insectos perjudiciales y atraen polinizadores, contribuyendo al equilibrio del ecosistema.
  • Caléndulas con hortalizas: la caléndula, al plantarse junto a cultivos como los tomates y lechugas, repele pulgones, nematodos y otros insectos. Sus flores también atraen insectos benéficos que ayudan en la polinización.
  • Albahaca con tomate: esta combinación mejora el sabor de los tomates y repele insectos comunes. Además, la albahaca reduce el riesgo de enfermedades bacterianas en el tomate.
  • Zanahorias y cebollas: estas plantas se benefician al estar juntas, ya que el olor de las cebollas ayuda a ahuyentar plagas que atacan a las zanahorias.
  • Capuchina con pepinos: las flores de capuchina actúan como trampa para pulgones y hormigas, evitando que estas plagas se concentren en los pepinos y otros cultivos vecinos.